Qué es el síndrome del límite máximo y por qué afecta sobre todo a las mujeres

¿A quién no le gustaría tener más dinero, trabajo (aunque menos a veces no está mal, ¿verdad?) y amor? Sin embargo, hay un síndrome que nos frena en alcanzar esas metas, y sorprendentemente, afecta más a las mujeres. Estamos hablando del síndrome del límite máximo. Este fenómeno psicológico, también conocido como el síndrome del impostor, se refiere a una autolimitación que las personas se imponen a sí mismas, a menudo de manera inconsciente.

El síndrome del límite máximo se manifiesta en una serie de comportamientos y pensamientos que llevan a las personas a creer que no merecen el éxito o que no son lo suficientemente competentes, a pesar de tener evidencia objetiva de sus capacidades y logros. Este síndrome puede resultar en que las personas se autoimpongan límites, frenando su crecimiento personal y profesional.

Así es el síndrome del límite máximo, una afección que persigue a las mujeres

El límite superior mantiene nuestro nivel de felicidad, abundancia y bienestar hasta cierto punto, boicoteándonos cuando intentamos superarlo, llevándonos a estados habituales o nuestra zona de confort.

Este síndrome afecta especialmente a las mujeres, como en el caso de Margaret Loughrey, quien deseó no haber ganado una gran suma en la lotería. Suele ocurrir en mujeres que alcanzan el éxito rápido y luego sufren un desastre emocional, físico o económico.

Culturalmente, a las mujeres se les ha impuesto ciertos estándares, y el éxito puede generar reproches y resistencias familiares. Las oportunidades de ascenso en el trabajo también son más difíciles para las mujeres, y se enfrentan a comentarios desagradables y a la necesidad de trabajar más para ganar respeto.

Desde la infancia, las mujeres son programadas para buscar seguridad, lo que hace que teman salir de su zona de confort. Sin embargo, alcanzar el éxito requiere romper límites y enfrentar situaciones de incomodidad.

Los pensamientos limitantes también juegan un papel importante, ya que si les damos poder, viviremos en un estado de relaciones inestables. Cambiar estos pensamientos implica observarlos sin darles potencia y razonar por qué no son reales.

¿Cómo podemos luchar contra él?

Detectar y luchar contra el síndrome del límite superior requiere atención y acción. Verónica Hidalgo nos ofrece tres claves para identificarlo:

1. No sentirse suficiente: Si crees que no vales o no mereces algo, si te preguntas quién eres para lograr algo, es posible que estés afectada por este síndrome.
2. Miedo a destacar: Temor a sobresalir y eclipsar a otros, que puede manifestarse desde la infancia al evitar levantar la mano en clase.
3. Miedo a ser diferente: La resistencia a ser la excepción, a sentirte culpable o no merecedora.

Para superar este síndrome, Ángela Vazi propone tres pasos:

1. Conocer tus límites: Identificar tu rango de normalidad y entender dónde están tus límites.
2. Elevar tu estándar: Trabajar para aumentar tanto tu mínimo como tu máximo. Por ejemplo, si el mínimo en tu cuenta bancaria es de 50 euros, no permitas tener menos de 100. Puedes practicar visualización y afirmaciones diarias para reforzar este nuevo estándar.
3. Trabajar en el límite máximo: Prepararte para tener más de lo que consideras tu límite, utilizando técnicas como la visualización y la preparación mental antes de dormir.

Elevando ambos límites, tu subconsciente se adaptará a esta nueva realidad, evitando boicotear tus logros.