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En los siglos XVII y XVIII se utilizaban muñecas como embajadoras de la moda. Estas muñecas viajaban de unos países a otros para dar a conocer las novedades en la forma de arreglarse de las mujeres.
A estas muñecas se les puso el nombre de “Pandora” en referencia a un mito griego. Este mito se conoce como “La caja de Pandora”.
La muñeca y la caja del mito tienen en común la insaciable curiosidad que despertaban.
Las muñecas Pandora estaban vestidas y arregladas con todo lujo de detalles
Con ellas se mostraban vestidos y también complementos como sombreros, zapatos y joyas. Además se las peinaba y maquillaba a la moda del momento.
El origen de esta costumbre se remonta al siglo XIV. Se conocen algunas referencias de intercambios de muñecas entre las reinas de diferentes países europeos. Durante siglos la moda estuvo solo al alcance de unos pocos.
En el s. XVII Enrique IV mandó vestir dos muñecas a la moda de la corte francesa para enviárselas a su prometida María de Médicis que estaba en Italia.
La costumbre de tener en los salones muñecas Pandora se extendió entre las mujeres de la aristocracia y la alta burguesía.
La llegada de las muñecas era todo un acontecimiento social
Las muñecas eran vestidas por las modistas más importantes del momento. En el s. XVIII la reina María Antonieta enviaba muñecas Pandora a su madre y a sus hermanas para que conociesen las últimas tendencias de la moda en la Corte de Versalles.
La popularidad y la importancia de estas muñecas creció tanto que llegaron a tener incluso “inmunidad diplomática”.
En las zonas en conflicto bélico se dejaba pasar a los carruajes que transportaban a estas mensajeras de la moda.
Esta forma de transmitir las tendencias de la moda convivió durante
un tiempo con las primeras Revistas dedicadas
a la Moda.
El realismo con el que estaban arregladas las muñecas transmitía detalles que eran difíciles de explicar con palabras o a través de la pintura.
En el s. XIX con la expansión de las Revistas de Moda las muñecas Pandora cayeron en el olvido
Después de la II Guerra Mundial la idea de utilizar muñecas como embajadoras de la moda inspiró un proyecto para recuperar la actividad de la Alta Costura en París.
Este proyecto se llamó “El Teatro de la Moda” y en él participaron los diseñadores, artistas y joyeros más importantes del momento.
En un espacio que recreaba un Teatro se colocaron grupos de muñecas. Cada grupo estaba vestido para la ocasión por un conocido diseñador.
Esta iniciativa tuvo mucho éxito y el “Teatro de la Moda” viajó por diferentes ciudades y países
El espíritu de estas pequeñas embajadoras de la moda ha llegado hasta nuestros días.
El año pasado la diseñadora Maria Grazia Chiuri presentó la colección de Alta Costura de la casa DIOR para el otoño-invierno 20-21 en pequeños maniquíes de 55 cm.
Esta iniciativa es una experiencia de sostenibilidad por el ahorro en los materiales que supone no tener que confeccionar los vestidos a tamaño real para presentarlos en un desfile.
La colección en miniatura fue enviada a los clientes para que pudieran apreciar los detalles de cada una de las creaciones.
En la actualidad este color optimista y positivo ha sido uno de los principales protagonistas de la primavera-verano 2021.
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Paola Torres Muinelo (VíaPaolablog)
Equipo Escuela de Imagen y Moda Fácil
www.tomu.es
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