2.858 municipios en España son altamente vulnerables al cambio climático y la despoblación

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03/10/2024 - 17:30
Joven ganadera

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Un total de 2.858 municipios en España, que constituyen el 21 % del territorio nacional, son los más expuestos al cambio climático, la despoblación y la globalización del comercio agrícola, ubicándose principalmente en el interior de la mitad norte de la península. Esta información se presenta en el estudio titulado “Más allá de la ‘España vaciada’: cambio climático, despoblación y globalización en las zonas rurales”, elaborado por el Observatorio Social de la Fundación “la Caixa” y divulgado este martes.

El estudio, realizado por investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) y de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), creó un índice socioambiental para medir la vulnerabilidad ante el cambio climático, la despoblación y la globalización agrícola, utilizando datos de 27 variables sociales y medioambientales.

La clasificación de los municipios españoles frente al cambio climático

Este análisis permitió clasificar más de 8.000 municipios españoles en una de las siguientes cuatro categorías: ‘España vaciada y económicamente marginalizada’, ‘España que resiste económicamente, pero se seca’, ‘España erosionada’ y ‘España exportadora’.

En las próximas décadas, se prevé que España sufrirá una disminución de la precipitación promedio, junto con un incremento en las temperaturas y una mayor frecuencia de olas de calor.

A los impactos del cambio climático se suman los efectos de la despoblación en ciertas áreas y la globalización del comercio agrícola, lo que afecta al país en su conjunto, aunque impacta más en algunas regiones que en otras.

“Los municipios españoles pueden clasificarse en función de su vulnerabilidad al cambio climático, la despoblación y la globalización. El grado en que son afectados por estos tres desafíos nos ha permitido dividirlos en cuatro categorías”, explica Sergio Villamayor-Tomas, del ICTA-UAB.

El primer grupo

Un total de 2.858 municipios se caracterizan por una mayor vulnerabilidad a estos efectos, formando lo que se denomina ‘España vaciada y económicamente marginalizada’. La mayoría se encuentra en Castilla y León, así como en partes de Aragón.

Este grupo incluye las áreas con el mayor descenso en la tasa de crecimiento natural y donde hay una alta proporción de personas mayores en comparación con los jóvenes. Además, presenta la mayor cantidad de poblaciones pequeñas (menos de 500 habitantes).

Económicamente, estos territorios son los más afectados por la caída de los precios que reciben los productores agrícolas. También son áreas donde se registra la menor cantidad de empresas registradas y poseen infraestructuras sociales y de transporte deficientes.

El segundo grupo

El segundo grupo, que el estudio clasifica como ‘España que resiste económicamente, pero se seca’, incluye 1.112 municipios, especialmente ubicados en las cadenas montañosas y en la periferia del primer grupo, abarcando el 13 % del territorio nacional.

Este grupo también muestra una alta proporción de pequeños núcleos de población, pueblos que sufren la disminución del crecimiento natural y regiones con infraestructuras viales deficientes. Además, presentan una reducción significativa en las precipitaciones anuales promedio.

No obstante, cuenta con la mayor proporción de áreas protegidas y el número más elevado de empresas registradas.

El tercer grupo

El tercer grupo, conocido por los autores como ‘España erosionada’, está compuesto por 3.198 municipios repartidos por todo el país, representando el 54 % del total.

Estos municipios se localizan principalmente en Galicia y Asturias, así como en el centro y sur de España.

Según los datos del estudio, no presentan serios problemas socioeconómicos, pero son los más afectados por incendios forestales y la erosión del suelo.

El cuarto grupo

La cuarta y última categoría es la que se denomina ‘España exportadora’, que incluye 595 municipios (un 5 % del territorio nacional) situados mayormente en áreas específicas cerca de zonas costeras y grandes ciudades.

Este grupo es el menos vulnerable según los criterios analizados. Sin embargo, su principal debilidad radica en su exposición a la globalización del comercio agrícola, ya que depende en mayor medida de las exportaciones.

Adicionalmente, es el grupo que más depende de la agricultura de regadío y presenta la menor proporción de áreas protegidas.

El desarrollo rural

Los autores del estudio sostienen que la adaptación del clima, la mitigación de la despoblación y la protección de los ingresos agrícolas deben integrarse en políticas agrícolas y un desarrollo rural más cohesionado desde una perspectiva socioambiental.

Villamayor-Tomas señala que hay temas que requieren investigación más profunda, como la relación entre sequías y olas de calor, el abandono rural, la desaparición de explotaciones familiares, la concentración de tierras en grandes empresas, la intensificación agrícola y la desertificación.

Además, enfatiza la necesidad de revisar la efectividad de las ayudas de la PAC (Política Agraria Común) para abordar de manera integrada problemas ambientales y sociales. Por ejemplo, el programa de incorporación de jóvenes agricultores no solo facilita el relevo generacional y ayuda a mitigar la despoblación, sino que también promueve un modelo agrícola intensivo y mecanizado que puede no ser adaptable al cambio climático y la volatilidad del mercado agropecuario.

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