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La natalidad está alcanzando mínimos históricos en España. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman que en 2022 sólo hubo 329.812 nacimientos, lo que supone un nuevo mínimo en los 81 años de esta estadística recogida por el INE, lo que nos sitúa ante la menor cifra desde que se tiene registro en 1941. Y pese a que esta situación tiene, sin lugar a duda, una causa multifactorial que responde a cuestiones desde sociológicas a económicas, las últimas investigaciones demuestran que hay ciertos componentes biológicos que podrían explicar esta preocupante tendencia.
Estudios recientes señalan que la calidad espermática se ha reducido a la mitad en el último siglo, lo que sustentaría la teoría de que la fertilidad podría estar en riesgo a nivel global y ser uno de los factores más influyentes en la caída de la natalidad. De hecho, un estudio publicado en la revista científica Human Reproduction Update, llevado a cabo por investigadores de diferentes universidades del mundo, concluye que la calidad del esperma ha caído estrepitosamente en los últimos 50 años de manera generalizada y de forma cada vez más rápida. De hecho, de seguir esta tendencia descendente, en apenas 10 años los hombres podrían tener serios problemas para ser fértiles.
Las causas biológicas de la pérdida de capacidad reproductiva
Desde Next Fertility, clínica de reproducción asistida y que además cuenta con uno de los biobancos más importantes de España, afirman que “actualmente la hipótesis más plausible para explicar el descenso de la natalidad y la calidad seminal en la especie humana es la combinación de factores ambientales, sociales y de hábitos de vida”.
José Antonio Castilla, director médico de su banco de semen, explica que “entre los factores ambientales, tendríamos la exposición a diferentes contaminantes denominados disruptores endocrinos: un gran número de sustancias químicas, sintetizadas por el hombre y liberadas al medio ambiente, así como algunas naturales, que tienen efecto sobre el sistema endocrino del hombre y de los animales (plaguicidas, compuestos de síntesis y metales, etc). Pero, además, su efecto negativo no solo tiene lugar cuando existe una exposición en adultos, sino que sería el contacto durante el desarrollo fetal el que afectaría más severamente a la salud reproductiva del futuro bebé, ya que es cuando los órganos reproductivos se están formado”.
Según el doctor Castilla, “esta exposición durante el desarrollo del feto llevaría a alteraciones tanto ováricas como testiculares, y explicaría muchos de los síntomas que se están observando actualmente relacionados con la reproducción. En el caso de las mujeres, el adelanto de la menarquia (primera menstruación) o la mayor incidencia de enfermedades como la endometriosis; y, en los varones, un descenso de la calidad seminal, acompañado de mayor incidencia de cáncer testicular o problemas de descenso testicular (criptorquidia)”.
Por tanto, la exposición a estas sustancias durante el desarrollo del embrión en el vientre materno se ha convertido en un factor determinante que podría estar mermando la capacidad reproductiva, tanto de hombres como de mujeres.
El aumento de donantes de semen como tabla de salvación a la natalidad
Pese a que, como señalan los expertos, el descenso en la natalidad se debe en gran parte a causas que no se pueden solucionar a través de la ciencia (como en lo relativo a temas económicos o sociológicos), es cierto que en este contexto, la reproducción asistida tiene las claves para frenar el descenso de la natalidad; al menos en un sector determinado de la población: el que no tiene otra alternativa para tener hijos.
En este sentido, es fundamental la labor de las clínicas de reproducción, y, por supuesto, de los bancos de semen. Puesto que la calidad seminal está descendiendo a nivel generalizado entre la población masculina, contar con una cantidad importante de donantes garantiza que haya más probabilidades de encontrar muestras de una calidad óptima para la fecundación in vitro e inseminación artificial, tanto ahora como en el futuro.
Estas reservas de esperma de calidad, que se pueden mantener durante tiempo ilimitado si son conservadas en nitrógeno líquido, son absolutamente necesarias tanto para las numerosas parejas que tienen problemas para lograr un embarazo de manera natural, como para las parejas de mujeres, las parejas que han retrasado voluntariamente la maternidad o las mujeres que desean ser madres en solitario.
En todos estos casos en los que se requiere recurrir a semen de un donante, es vital que este sea de calidad y encaje con las condiciones fenotípicas de la receptora. Para ello, que exista un gran número de donantes resulta clave para lograr que el máximo posible de estos casos resulte en fecundaciones y embarazos exitosos.
En cualquier caso, más allá del papel que juegan las clínicas de fertilidad, los expertos insisten en que la exposición a los contaminantes, unida a otros factores sociales, como el retraso voluntario de la maternidad, el estilo de vida, como el aumento del sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y el consumo de otras drogas, formarían la tormenta perfecta para conducirnos a este acusado descenso de la natalidad.
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