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Las miradas de la comunidad internacional se han puesto sobre Níger después de que la Guardia Presidencial, apoyada por las Fuerzas Armadas del país, anunciara la destitución del hasta entonces presidente, Mohamed Bazoum. Con ello dieron por oficial el golpe de estado el pasado 26 de julio, y desde la fecha la situación política del país aún continua en vilo. Ahora Abdourrahmane Tchiani, cabeza de la junta militar, busca apoyos para enfrentar una posible intervención.
Desde la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), una organización regional que busca estrechar lazos políticos y económicos, así como estrechar lazos culturales y asegurar la estabilidad de la zona, entre los países que forman parte de la región, fundada en 1975 con 15 miembros entre los que se encuentra Níger, han dado un ultimátum a los golpistas para que cesen de su proyecto.
Intervención, alianzas y un polvorín regional
Níger se encuentra situado en lo que se conoce como la región del Sahel, que son aquellos países atravesados por el desierto del Sahel y que siempre ha resultado una zona especialmente complicada debido al difícil control de fronteras, la corrupción política, las rivalidades internas y la intervención internacional. La CEDEAO surgió como un intento de llevar algo de estabilidad, uniendo a los países del África Occidental, pero sus actuaciones son limitadas y siempre bajo la mirada de otros países de occidente.
Níger, Mali, Senegal, Guinea, Guinea-Bissau, Sierra Leona, Nigeria, Benin, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Gambia, Burkina Faso y Cabo Verde son los 15 países que conforman actualmente esta organización, que han hecho saltar las alarmas ante el golpe de estado vivido a finales de julio. Hace escasos días, Omar Touray, presidente de la comisión de la CEDEAO, lanzó un mensaje contundente a los golpistas informando sobre una actuación "inmediata" de una fuerza militar regional.
El objetivo, según informó Touray en el comunicado, sería el de reestablecer el "orden constitucional". Algo a lo que desde Nígen ya han contestado en el informativo nocturno de la televisión pública del país, señalando a "una potencia extranjera" como principal interesada en llevar a cabo la intervención, "contra el país" y contra su pueblo “en coordinación con la CEDEAO y con grupos armados terroristas”.
Una escalada del conflicto
La potencia, o en este caso potencias, extranjeras a las que se refiere serían Estados Unidos y Francia, cuyos intereses en la zona transciende lo político. Por este motivo, desde el bloque golpista han acusado a la organización de "estar a sueldo" de dichas potencias y han advertido que “cualquier injerencia en los asuntos internos” traería “desastrosas consecuencias” en lo referente a la estabilidad y la seguridad de la población.
Esta advertencia no se ha hecho con las manos vacías, pues el grupo de golpistas ha estado preparando sus alianzas con países vecinos que parecen estar dispuestos a apoyar el golpe en Níger, como Malí o Burkina Faso. De iniciar una intervención militar extranjera en la zona, lo más probable es que la advertencia se haga realidad.
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