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La zona denominada Sahel -palabra árabe que significa “borde o costa”- es una región geográfica y climática del continente africano que limita al norte con el desierto del Sáhara, al sur con las sabanas y selvas del golfo de Guinea y de África Central, al oeste con el océano Atlántico y al este con el Nilo Blanco.
Tiene una extensión aproximada de 4.000.000 km² habitados por millones de personas que sufren las consecuencias de la escasez de alimentos. El Sur de Mauritania, Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger, norte de Nigeria y Camerún, así como Chad, Sudán y Eritrea conforman la Franja del Sahel, conocida como “el cinturón del hambre”.
Un problema que se agravará aún más porque los países del Sahel se sumirán "en décadas de conflicto y desplazamiento, que se agravarán por el aumento de las temperaturas, la escasez de recursos y la inseguridad alimentaria, si no se invierte con urgencia en programas de adaptación y mitigación del cambio climático".
Las crisis en el Sahel
Así lo advirtieron el Coordinador Especial de la ONU para el Desarrollo en el Sahel y la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), en el informe 'Moving from Reaction to Action: Anticipating Vulnerability Hotspots in the Sahel' ('Pasando de la reacción a la acción: Anticipando los puntos críticos de vulnerabilidad en el Sahel').
"Si no se hace algo al respecto, la emergencia climática pondrá en mayor peligro a las comunidades del Sahel", alerta el trabajo. "Devastadoras inundaciones, sequías y olas de calor diezman el acceso al agua, los alimentos y los medios de vida", apunta, y "agravarán el riesgo de conflictos. En última instancia, aún más personas se verán forzadas a huir de sus hogares".
El informe analiza diez de los países que abarca la Estrategia Integrada de las Naciones Unidas para el Sahel y su Plan de Apoyo en África Occidental y Central: Burkina Faso, Camerún, Chad, Gambia, Guinea, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria y Senegal.
Las comunidades del Sahel dependen de la agricultura y del pastoreo
Dos actividades muy sensibles al impacto del cambio climático.
La inseguridad alimentaria se hace patente en la región y ya "ha alcanzado niveles de emergencia" en algunas zonas, indica el informe.
Servimedia apunta que a largo plazo, los estragos del cambio climático reducirán el rendimiento del maíz, el mijo y el sorgo, lo cual mermará la resiliencia de las poblaciones locales.
En opinión del asesor especial de Acnur para la Acción Climática, Andrew Harper, “solo mediante una gran inversión en medidas colectivas de mitigación y adaptación al clima se pueden aliviar las consecuencias humanitarias, actuales y futuras”.
Incluso con ambiciosas políticas de mitigación del cambio climático, se estima que las temperaturas en el Sahel aumentarán 2,5 °C hacia el año 2080. "De no emprender acciones urgentemente, podrían aumentar en 4,3 °C", alertó.
El Sahel absorbe los impactos políticos y económicos de sus vecinos más poderosos del Norte y Sur. No obstante, la comparación entre Níger y Malí ejemplifica la complejidad política de esta región, en la que las respuestas locales afectan en gran medida las trayectorias futuras de las crisis.
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