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Si has notado que tus hijos están sufriendo un retroceso durante la pandemia, no estás solo.
La pandemia del coronavirus y los extensos confinamientos en el hogar provocan que los niños pasen largos periodos de tiempo en casa aislados de su entorno social y agravando aún más la crisis de atención y el aprendizaje.
La suspensión de las clases, junto a otras importantes facetas en su desarrollo como la interrupción de los juegos con los amigos y otras rutinas esenciales, están causando un aumento de comportamientos regresivos en ciertas habilidades que antes dominaban.
Claro ejemplo de ello son las alteraciones en rutinas como ir al baño o dormir, o las dificultades a la hora de controlar los sentimientos de ira, tristeza y ansiedad que sufren tanto niños como adolescentes.
Expertos de Unicef han entrevistado a una experta en educación infantil que explica algunos de los comportamientos que han provocado en los niños los confinamientos, el aislamiento y otros efectos del COVID-19. Nancy Close, nos cuenta qué hacer si estamos observando un retroceso en los niños.
Son muchos los niños que necesitan más ayuda de lo que es normal en sus rutinas diarias
Puede ser muy difícil enfrentarse a sentimientos complejos y manifestarlos, así que las rabietas son lo común en niños, incluso en estudiantes universitarios.
También nosotros, los adultos, retrocedemos cuando aumentan nuestros niveles de estrés o cuando vivimos cambios y transiciones, así que creo que es importante tener en cuenta que se trata de un fenómeno del desarrollo que puede darse desde la infancia hasta la edad adulta.
Por otro lado, se están observando numerosos problemas de comportamiento. A los niños les entristece mucho no poder estar con sus amigos o sus profesores y reaccionan con emociones y comportamientos exagerados a los cambios que se están produciendo en las escuelas.
¿Cómo deberían responder los adultos ante estos comportamientos?
Pueden ayudarlos a encontrar la manera de controlar sus emociones por ejemplo, saliendo a pasear o a correr, respirando profundo, pintando o dibujando.
También pueden buscar el modo de poder mantener el contacto con sus amigos y familiares.
Han vuelto a orinarse en la cama
Esta regresión es muy habitual. En estos casos, hay que observar si ha habido algún cambio en casa o en la escuela que pueda explicarlo. Si hay algo que pueda estar produciéndole ansiedad a tu hijo, debes hacer todo lo posible por ayudarle.
A estas edades, puede ser útil ponerles un pañal para dormir. Controla su ingesta de líquidos y procura limitarla cuando se acerque la hora de irse a dormir. Observa con qué frecuencia el pañal aparece mojado por las mañanas. Esto te permitirá comprobar el control que tu hijo va adquiriendo durante las noches.
Hazle saber que lo ayudarás a no volverse a orinar en la cama.
Promover y propiciar la independencia de los niños en función de su edad en otras áreas contribuye a mejorar sus competencias y su autoestima
Al mismo tiempo, ayuda a tus hijos a ser más independientes a la hora de vestirse y desvestirse, lavarse las manos, comer y realizar tareas sencillas adecuadas para su edad, como recoger su plato de la mesa (siempre y cuando puedan hacerlo). , y puede ayudarlos a dominar todos los aspectos del aprendizaje para ir al baño.
Sabemos que los niños tienden a repetir o imitar el comportamiento de sus cuidadores, así que creo que los padres deben buscar ayuda para controlar su propio estrés, ya que esto, a su vez, puede contribuir al bienestar de sus hijos.
Es importante que los adultos y los niños reflexionen y que hablen sobre lo que está pasando fuera de casa. Que jueguen e intenten aprender y crecer juntos.
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