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Desde el Ministerio de Cultura francés se ha anunciado con orgullo, y no es para menos, la finalización de la restauración del obelisco de Luxor, que desde el año 1836, reina en la Plaza de la Concordia. Un entorno cargado de historia tanto nacional francesa, como para todo el mundo. Este enorme obelisco se talló y erigió al rededor de hace 3.300 años para servir de pilar en el templo de Luxor, una de las ciudades más importantes del antiguo Egipto.
La restauración de este famoso obelisco de Luxor se ha finalizado tras colocarle la última pieza que faltaba: la punta de oro de la pirámide dorada que corona la increíble estructura de más de 30 metros de altura, hecha de granito rosa. Para la coronación, se celebró una ceremonia el pasado 20 de junio, a la que acudieron los ministros de cultura tanto de Francia como de Egipto, asó como el embajador egipcio, junto con otros mandatarios.
El culmen de la restauración del obelisco de Luxor
La restauración de este importante monumento fue gracia a un conjunto de socios entre los que se encontraba la empresa Kärcher, quienes se encargaron de dirigir la obra, así como el Museo del Louvre, el Laboratorio de Investigación de Monumentos Históricos (LRMH), y una parte de los equipos de la DRAC Île-de-France, la principal impulsora del proyecto. Esta restauración ha implicado a decenas de trabajadores, que llevan un año enfocados en esta iniciativa.
Un proyecto que ha finalizado con la instalación de la punta de la pirámide que observa la ciudad de París desde lo alto del obelisco de Luxor. Cubierta de oro de 23,5 quilates, es una de las piezas más esperadas y especiales con las que se le ha dado ese 'broche de oro' a este trabajo excepcional. Un trabajo para el que han hecho falta la movilización de dos góndolas que alcanzaran la vertiginosa altura de 33 metros.
Según explicó al diario francés 'Le Figaro' la conservadora de monumentos históricos Isabelle Morin-Loutrel, la pirámide del obelisco de Luxor "llegó a París sin su punta, erosionada con el paso de los siglos". Ahora, cerca de dos siglos después, la ha recuperado, con el mismo esplendor con el que lució hace más de 3.000 años en Egipto.
¿Cómo llegó el obelisco a París?
El obelisco de Luxor llegó a París como regalo de Mehmet Alí, gobernador de Egipto y considerado como el impulsor del Egipto moderno. El regalo llegó a Francia en 1830, considerado como una joya del patrimonio internacional. Con el, los gobiernos francés y egipcios sellaban sus lazos de amistad y cooperación en el plano diplomático.
Al igual que el obelisco de Luxor llegó a París, otras piezas de antiguos templos y pirámides egipcios, llegaron a Europa para trabajar estos lazos de amistad y cooperación. Un ejemplo lo tenemos aquí mismo, en España en el centro de la capital: el Templo de Debod.
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