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La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) plantea que la obesidad sea reconocida como “una enfermedad crónica, compleja y recidivante, basada en un exceso de adiposidad, que desencadena diversas enfermedades graves”.
La SEMI indicó que las personas que conviven con ella merecen ser diagnosticadas y tratadas de forma integral y multidisciplinar, con todos los recursos humanos y materiales necesarios en función del estadio de su enfermedad.
Además, consideró necesaria la implementación de rutas asistenciales propias que les garanticen una atención justa y equitativa.
“Ha llegado la hora de reaccionar ante la obesidad, que debe ser reconocida como lo que es: una enfermedad crónica, compleja y recidivante. Como sociedad y sistema sanitario, hemos de dejar de mirar hacia otro lado y ofrecer a las personas el acompañamiento y la atención integral, multidisciplinar, de calidad y personalizada que merecen”, según Alfredo Michán, coordinador del Grupo de Trabajo DON de la SEMI.
La prevalencia de la obesidad ha aumentado en España desde 1980 y un 23,8 % de la población actual es obesa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que significa que una de cada cuatro personas adultas convive con ella. Asimismo, más del 60 % de la población española tiene sobrepeso, según el estudio Obemi.
Médicos internistas exigen el reconocimiento de la obesidad como enfermedad crónica
Éste es un problema de salud global que afecta a millones de personas y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades graves como la diabetes, problemas cardiovasculares y trastornos metabólicos. Ante esta realidad, médicos internistas han solicitado que la obesidad sea oficialmente reconocida como una enfermedad crónica para mejorar su diagnóstico, tratamiento y prevención.
El reconocimiento de la obesidad como dolencia crónica permitiría que los sistemas de salud la consideren una prioridad, facilitando el acceso a tratamientos médicos adecuados y promoviendo políticas de prevención más efectivas. Actualmente, en muchos países esta dolencia sigue viéndose como un problema derivado de hábitos individuales, cuando en realidad es una condición multifactorial que requiere un abordaje médico integral.
Los especialistas en medicina interna destacan que dicha enfermedad cumple con los criterios para ser clasificada como una enfermedad crónica. Se caracteriza por ser una condición de larga duración, tener causas múltiples, como factores genéticos, metabólicos y ambientales, y requerir un tratamiento continuo para evitar complicaciones.
Entre los principales argumentos de los médicos internistas se encuentran:
- Impacto en la salud pública: es un factor de riesgo para enfermedades como la diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardíacas.
- Necesidad de un tratamiento médico adecuado: al ser considerada una enfermedad, los pacientes podrían acceder a más opciones terapéuticas, incluyendo medicamentos y tratamientos especializados.
- Reducción del estigma social: muchas personas son juzgadas por su condición sin considerar los factores médicos y genéticos que la causan. Su reconocimiento como enfermedad ayudaría a cambiar esta percepción.
Países como Estados Unidos ya han dado pasos en esta dirección, permitiendo que esta dolencia sea tratada dentro de los sistemas de salud con un enfoque más integral.
Consecuencias del no reconocimiento como enfermedad crónica
Otro problema es la falta de acceso a terapias médicas avanzadas, como fármacos especializados o tratamientos quirúrgicos para la pérdida de peso. Si la obesidad se reconociera como una enfermedad crónica, los pacientes podrían beneficiarse de mayores coberturas médicas y planes de atención personalizados.
Los médicos internistas insisten en que cambiar la forma en que la sociedad y el sistema de salud ven esta condición es clave para mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir el impacto de esta condición en la salud pública.
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