Lectura fácil
No se puede ser tan ingenuo como para ignorar que todo mensaje lleva una carga subjetiva, la de aquella persona o medio que lo transmite, ahora bien, un mínimo de veracidad u objetividad se le debe exigir a cualquier información si esta ha de considerarse digna de credibilidad.
Desgraciadamente desde que los medios y sus objetivos han pasado a ser campo de batalla ideológica y económica de cara a una ciudadanía, a la que se le exige el voto para poder acceder al poder o su dinero para invertir, la carga subjetiva en algunos casos es cada vez más evidente, mientras en otros encierra un grado de sofisticación más complejo. Sin embargo, en ambos casos, se lleva a interpretaciones erróneas del individuo al que se le atribuye la soberanía de nombrar a sus dirigentes o de adquirir cualquier bien o servicio. La pregunta clave en cada caso, para llegar al fondo de la cuestión sería: ¿Dicha manipulación qué sentido tiene, que pretende, a donde quiere que dirijamos nuestra voluntad y por qué…?
Por eso me sorprendieron unas declaraciones por parte de “autoridades económicas europeas” - no quiero señalar con el dedo - de que los españoles estábamos muy retrasados y por debajo de la media europea en lo que se refiere al ahorro de nuestros ciudadanos y que esa quizá fuera una de las razones de nuestro atraso a la hora de llevar a cabo planes de inversión que contribuyeran a paliar el problema del paro endémico de nuestra sociedad.
Las 'fake news'
La noticia en si parecería inocente si no fuera porque no lo es, además de falsa. Además, trata de desviar la atención de un problema estructural generado por un modelo económico común que favorece a unos y perjudica a otros, y nosotros no somos los más beneficiados.
Las interferencias en las decisiones políticas de los estados no son infrecuentes, a veces se manifiestan con una claridad escandalosamente meridiana –véanse las manifestaciones del Presidente de la República francesa intentando dirigir a Ciudadanos…- lo que es más sutil es el comentario sobre el volumen de ahorro de los españoles. Menos mal que Luis María Linde en cierta medida les ha salido al quite, precisando ciertos aspectos del ahorra nacional que parece que los “expertos” de Bruselas o Frankfort no han tomado en consideración.
El gran volumen de ahorro de la población española, superior al de cualquier nación europea, es la vivienda, y por una razón lógica e inteligente de una población acostumbrada a una sistemática pérdida de poder adquisitivo de nuestra moneda desde tiempos inmemoriales. Todo español en cuanto puede va adquiriendo su casa, a lo largo de su vida activa laboral, y si le sobra dinero reinvierte en una segunda vivienda, y gracias a esa tradición la mayoría de la anterior generación de españoles son propietarios. Lo que les ha proporcionado rentabilidad y tranquilidad económica y vital. Les ha permitido tener un activo del que disponer para su jubilación, del que ahora pueden disponer, que además han ocupado y disfrutado. El nivel de ahorro de esa generación ha sido enorme, dados los salarios medios del país a lo largo de tantos años, pero a día de hoy es el ancla más inmediata y efectiva contra una crisis de pensiones.
Una inversión equivalente en renta pública, en cualquiera de las fechas precedentes, y la rentabilidad por ella proporcionada hubiera arruinado a cualquiera que hubiese seguido tal pauta de ahorro o inversión: La inflación real (incluso la oficial) ha sido superior sistemáticamente a las tasas de rentabilidad de los instrumentos, por no hablar de lo que le supuso a los españoles la entrada en el Euro, casi la par con la moneda más fuerte de Europa el DM. Tal inversión hubiera esquilmado cualquier patrimonio. Recordemos el precio en pesetas de cualquier artículo o servicio antes y ahora, ni los sueldos ni las rentabilidades en renta fija han llegado a igualar esa diferencia ni de lejos…
La renta variable diversificada, vehículo de inversión generalmente reservada para los excedentes del ahorro patrimonial, para personas o instituciones con una capacidad de ahorro y generación de recursos por encima de la media, ha resultado más o menos ventajosa según los instrumentos elegidos y según el momento de disposición del capital.
Por ello la inversión en inmobiliaria para uso propio en España ha sido la más lógica y adecuada para un ciudadano español: uso disfrute y rentabilidad. En estos momentos constituye el pilar sobre el que se apoya la generación de posguerra para sustentar un nivel de vida digno gracias al ingente ahorro generado de toda una generación a pesar de lo que digan en dichos informes…
Nuestra pregunta entonces sería: ¿si eso ha sido así - y eso ha sido así - para cualquiera que haya vivido en España, y sin riesgo de equivocarme apostaría que en cualquier país de Europa, durante los últimos cincuenta años, por qué ahora ese empeño en que cambiemos de modelo y empecemos a invertir en deudas públicas y demás vehículos “virtuales” cuando esta rentabilidad hoy por hoy es más que nunca negativa… ¿No será que a estos monstruos de estados no les llega el dinero que recaudan por impuestos, directos, indirectos, especiales, para mantener sus estructuras, que ahora apuntan directamente a una confiscación efectiva al cabo de los años para privar al ciudadano de a pie cualquier capacidad de decisión individual que no coincida con sus objetivos políticos. La política siempre ha sido un juego de poder: cuanto y como se llega a él. Los medios a lo largo de la historia han sido múltiples, desde la violencia hasta la cesión, dialogo e imposición, hoy son teóricamente los votos, la democracia electoralista, pero en todo caso se trata de grupos que luchan por ese poder, por todos los medios a su alcance, en España y en Europa, a la hora de la verdad son unas minorías las que controlan los mecanismos y el control del sistema.
En este momento parece que dichas minorías están interesadas en que los ciudadanos ahorren en instrumentos que favorecen sus intenciones sobre el modelo de estado que les conviene y por ello buscan allegar más recursos que los disponibles y por ello dejan caer comentarios como que en España no hay ahorro, a ver si cuela, para que además de los sacrificios necesarios para poder vivir en el día a día, apartemos un dinero para nuestros fondos o planes de pensionas respectivos, que convenientemente serán invertidos un bonos del estado, gasolina para su aparato político económico.
No hay casualidades, el grado de intervención de los instrumentos del poder es cada día mayor y más sofisticado, donde ya desafían al sentido común y a la experiencia vivida por miles de personas: como afirmar que en España no hay ahorro. Ignoro lo que acontecerá en el futuro pero una verdad incontrovertible es que el pueblo español a lo largo de los últimos años, no ha hecho más que invertir en vivienda – y lo que sobre para el consumo - en cuanto ha tenido la oportunidad y con grandes sacrificios en la mayoría de los casos y esto no ha sido ni mucho menos inútil. Gracias a esta circunstancia la crisis por venir de las pensiones no será tan grave como podría ser si tal ahorro no existiera.
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