Las Comunidades Autónomas tienen competencias claves para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus territorios y deben ejercerlas para marcarse objetivos ambiciosos de reducción de emisiones y, en definitiva, de descarbonización.
Un estudio elaborado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) afirma que los españoles se ha ido adaptando a las temperaturas extremas con el paso de los años.