Cómo afectan la okupación y la aparición de redes criminales a la economía y la sociedad españolas en 2023

La okupación ilegal en España ha advertido un 41 % desde que Pedro Sánchez está al frente del Gobierno, y Cataluña concentra más del 50 % de los casos denunciados. A diferencia del pasado, ahora muchas personas que cometen este delito no se encuentran en situación de vulnerabilidad, sino que deciden ocupar las viviendas conscientemente y sin justificación, lo que se conoce como "inquiocupación".

La okupación ha ido en aumento en estos últimos años

El fenómeno de la okupación ha experimentado un aumento en España en los últimos años, pero lleva existiendo desde hace varias décadas. Según datos del Observatorio del Suelo, la ocupación ha alcanzado en un promedio del 41 % desde que Pedro Sánchez asumió el gobierno. Cataluña concentra más del 50 % de los casos denunciados, con 4.341 casos en un año.

Anteriormente, las personas involucradas en la okupación ilegal solían ser vulnerables o estar en situaciones económicas o personales difíciles que los llevaban a ocupar viviendas que no les pertenecían.

Sin embargo, según la información más reciente del sector inmobiliario, muchas de las personas que cometen este delito ya no se encuentran en situación de vulnerabilidad. Incluso teniendo ingresos estables, conscientemente deciden ignorar el final de sus contratos de alquiler, lo que se conoce como "inquiocupación", según Jesús Pérez, Director Comercial de Finaer.

¿Cuál es el perfil de estos okupas?

El perfil de los okupas ha evolucionado con el tiempo, y actualmente existen dos tipos principales. Por un lado, están los "clásicos del movimiento", que ocupan viviendas desocupadas durante mucho tiempo debido a situaciones de vulnerabilidad o para fines delictivos.

Por otro lado, hay un perfil más "profesionalizado" que ocupa viviendas que no están vacías y las venden a otras familias cuando se inician acciones legales. Estos okupas están organizados y controlan las propiedades que pretenden ocupar.

Además, hay personas en situación de necesidad económica o social que recurren a la okupación como solución temporal, y, por otro lado, hay quienes aprovechan la situación para subarrendar o llevar a cabo actividades delictivas.

La inquiocupación y sus efectos

Se ha observado un aumento en la práctica conocida como "inquiocupación", que afecta a los propietarios de viviendas en alquiler. En este caso, los inquilinos dejan pagar el alquiler y deciden quedarse en la propiedad por diversas razones. Esta situación ha causado perjuicios significativos a los propietarios en los últimos años.

Siempre han existido casos de impago de alquileres y posterior desalojo por parte de los tribunales, la diferencia es que las moratorias aprobadas tras la pandemia y otros eventos han prolongado indefinidamente los procesos judiciales y los desalojos. Esta situación está lloviendo en algunos propietarios, quienes se vuelven vulnerables porque no pueden pagar la hipoteca de la propiedad que tienen alquilada.

En algunos casos, los inquilinos se aprovechan de la verdadera situación sin encontrarse en una situación de vulnerabilidad. Han surgido perfiles de personas que alquilan una vivienda y de entrada no pagan, permaneciendo el mayor tiempo posible hasta que son desalojados por el tribunal. Incluso llegan a realizar transferencias bancarias para parecer que están pagando, pero luego las devuelven. Incluso utilizar este método para los honorarios de las inmobiliarias.

¿Cómo pueden actuar los propietarios?

Ante la problemática de la inquiocupación, los propietarios pueden tomar medidas para proteger sus intereses. Algunas acciones recomendadas incluyen instalar sistemas de alarmas, contratar seguros de impago o protección contra la okupación, y actuar rápidamente cuando un inquilino deja de pagar el alquiler.

Es importante contar con asesoramiento legal adecuado y establecer contratos por escrito para garantizar los acuerdos con los inquilinos. En casos de okupación o impago, se advierte no tomar acciones legales por cuenta propia, como cambiar las cerraduras o vaciar la propiedad, ya que pueden tener consecuencias penales para los propietarios.