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Si el calentamiento global supera los 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales, la superficie terrestre con temperaturas demasiado altas para que las personas de entre 18 y 60 años mantengan una temperatura corporal segura se triplicará, alcanzando un tamaño similar al de Estados Unidos. Y las olas de calor están haciendo que esta situación sea cada vez más temible.
Este incremento representará aproximadamente el 6 % del planeta, pero la situación será aún más alarmante para los mayores de 60 años, con una expansión de zonas peligrosas hasta abarcar cerca del 35 % de la superficie terrestre.
Zonas de riesgo: Un futuro inhabitable a causa de las olas de calor causadas por el calentamiento global
Este pronóstico proviene de un estudio realizado por un equipo internacional de ocho científicos, liderado por el King’s College de Londres y publicado en la revista ‘Nature Reviews Earth and Environment’. Los investigadores advierten que la tendencia actual de calentamiento y de olas de calor podría llevarnos a superar la barrera de los 2 grados entre mediados y finales de este siglo, dado que en 2023 la temperatura media global ya se situó por encima de 1,5 grados en comparación con la era preindustrial.
El impacto del calor extremo sobre la salud humana es devastador. Desde el año 2000, más de 260.000 personas han fallecido debido a episodios de calor extremo. Entre los eventos más mortales del siglo XXI se encuentran las olas de calor de 2003 en Europa, que provocó alrededor de 72.000 muertes; la de 2022 en el mismo continente, con 62.000 fallecimientos; y la ola de calor de 2010 en Rusia, que dejó aproximadamente 56.000 víctimas.
Tom Matthews, profesor de Geografía Ambiental en el King’s College de Londres, enfatiza que el riesgo se incrementará drásticamente si la temperatura global alcanza los 2 grados adicionales. Según sus declaraciones, los umbrales de las olas de calor que hasta ahora solo han sido peligrosos para los adultos mayores comenzarán a afectar también a las generaciones más jóvenes. “En estas condiciones, incluso las personas que permanezcan a la sombra, hidratadas y expuestas a una brisa constante podrían sufrir un golpe de calor letal”, advierte Matthews.
Los investigadores han identificado umbrales térmicos críticos para la supervivencia humana. Existen dos tipos principales: los umbrales ‘incompensables’ y los ‘insuperables’. Los primeros se refieren a temperaturas y niveles de humedad en los que el cuerpo humano no puede regular su temperatura, lo que conlleva un incremento incontrolado del calor corporal. Los umbrales ‘insuperables’ son aún más peligrosos, ya que dentro de un periodo de seis horas pueden elevar la temperatura corporal hasta niveles mortales.
Entre 1994 y 2023, aproximadamente un 2,2 % de la superficie terrestre superó los umbrales incompensables para la población en general, mientras que para los mayores de 60 años este porcentaje se elevó al 21 %. Los umbrales insuperables, que implican temperaturas de bulbo húmedo de entre 20 y 34 grados, han afectado hasta ahora solo a los adultos mayores, cubriendo un 1,8 % del planeta en el mismo periodo.
Regiones más vulnerables y el futuro de la supervivencia
Si el calentamiento global alcanzara entre 4 y 5 grados por encima de los niveles preindustriales, los adultos mayores podrían enfrentar temperaturas insoportables en el 60 % de la superficie terrestre. En este escenario extremo, incluso los adultos jóvenes comenzarían a estar en riesgo en regiones subtropicales. Las zonas más vulnerables para olas de calor extremas incluyen el África sahariana y el sur de Asia, donde la combinación de temperatura y humedad podría hacer que la vida al aire libre sea peligrosa.
Matthews concluye que, con un calentamiento de 4 grados, cerca del 40 % de la superficie terrestre sería inhabitable debido al calor extremo para la mayoría de la población adulta. Solo las regiones de latitudes altas y las zonas más frías de las latitudes medias seguirían siendo seguras para la supervivencia humana. Este panorama de las olas de calor tan extremas resalta la urgente necesidad de tomar medidas para frenar el cambio climático y evitar que la crisis térmica alcance niveles catastróficos.
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