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La gimnasta Olatz Rodríguez presentó hace unos días su libro “Vivir del aire”. En él habla de los motivos que le llevaron a dejar la gimnasia. La disciplina artística es uno de los deportes más sacrificados tanto física como mentalmente. Se trata de un deporte que te tiene encerrado y sin apenas vida social, aunque, todo es por un objetivo que, no es otro que ser el mejor en lo tuyo. Una décima abajo siempre puede suponer que, como tengas un mal día te sientes en el segundo escalón del podio.
Ya en este deporte hemos visto lo duros que son los entrenos. Siempre tenemos en la retina la imagen de la excelsa deportista, Simone Biles. Sin embargo, tanto Olatz como Simone tienen algo en común, ellas fueron valientes de contar lo que pasaba sin temor a unas represalias que, más que contra ellas, tendrían que actuar contra aquel monstruo que consiguió que su autoestima disminuyera.
Olatz Rodríguez se retiró del deporte profesional en 2020
La joven Olatz Rodríguez tenía toda la vida por delante. Sin embargo, un día de 2020 decidió que la gimnasia profesional no volvería a formar parte de su vida. Esa disciplina o más bien, aquel círculo que reúne a los profesionales en los Centros de Alto Rendimiento (CAR) la provocaron una anorexia nerviosa. Este fenómeno se suele producir por el miedo a comer o por otras variables como el miedo a fallar en el momento clave y sus propias inseguridades.
La obra 'Vivir del aire' recoge el testimonio de la gimnasta sobre la inseguridad, el miedo y la presión que suponen los trastornos alimentarios. Así como, todos los detalles que hicieron que tomara la decisión de retirarse de la alta competición.
El ejemplo de Olatz Rodríguez contado desde los zapatos de gimnastas como Deferr o Biles
Ojalá Olatz Rodríguez fuera la última deportista a la que le joden la vida. Hablemos claramente a Olatz como a tantas otras niñas y niños, la han jodido la vida en un CAR. Sus monitores deberían estar señalados de por vida sin poder entrar en una instalación. Este ejemplo se puede contar desde dos perspectivas: la de Biles o la de Gervasio Deferr.
La mejor gimnasta de la historia, Simone Biles, tuvo el valor de denunciar que padecía problemas de salud mental y que un día no podía competir. A los pocos días, recogió una medalla de plata. Otro de los mejores ejemplos era Gervasio Deferr, probablemente uno de los mayores talentos que ha dado la gimnasia española. Nacido en Argentina, el gimnasta vivó toda su infancia en Barcelona y llegó a ser olímpico en 2 ocasiones llevándose dos metales.
Sin embargo, la espiral de éxito y las malas compañías le hicieron que se apartara momentáneamente del tapiz. Ahora felizmente recuperado, ayuda a los chavales del barrio de La Mina en Barcelona a labrarse un futuro como gimnastas en su gimnasio. Ojalá no haya más Olatz y los monitores y profesores tengan constancia de que algunas frases pueden parecer puñales.
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