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Han pasado ya dos años desde que el coronavirus irrumpiese en nuestras vidas. China fue de los primeros países en declarar normalidad cautelosa, y ahora la variante Ómicron se ha encargado de decir adiós a la estabilidad en el país asiático.
Los nuevos rebrotes han llevado al país a volver a poner en marcha las medidas del principio de la pandemia: aislamientos, construcción de hospitales provisionales y las realizaciones masivas de PCR.
Ahora China, a causa del descontrol de la variante nueva del coronavirus, se encuentra viviendo una ola de contagios superior a la primera de la pandemia.
La variante Ómicron recrudece mucho la situación en China
La variante Ómicron se detectó en China por primera vez durante el mes de enero. Dese esa fecha, los nuevos contagios subieron de manera exponencial.
El alcance es tal, que desde la primera mitad del 2020, casi cerca del inicio de la pandemia, que China no registraba los datos que a día de hoy están dándose.
En casi 11 ciudades del país asiático hay unas 30 millones de personas confinadas totalmente. En 24 horas se han registrado más de 5.000 casos de esta variante, lo que supone un nuevo récord en 2 años.
Los expertos apuntan esta nueva ola de contagios a que algo ha fallado, o la estrategia de vacunación o la vacuna, pero lo que si está claro es que tras dos años de la "estrategia cero", el coronavirus, en su versión Ómicron, ha golpeado gravemente y de nuevo a la sociedad China.
Durante los últimos días, decenas de millones de habitantes del país más poblado del mundo han sido puestos en cuarentena en sus casas, en particular en la metrópoli tecnológica de Shenzhen.
A finales de 2019, cuando el coronavirus comenzó a dar la cara comenzando en China, el país pudo frenar de manera envidiable la pandemia, aplicando medidas muy estrictas de confinamiento. Pero ahora Ómicron ha vuelto a poner todo patas arriba, con los numerosos brotes que se extienden por todo el país.
Cunde el pánico mientras la variante campa a sus anchas
Las estrictas medidas contra la variante Ómicron han dado lugar al cierre de muchas fábricas, entre las que se incluye el gigante de Taiwán Foxconn, el principal proveedor de Apple.
Y no solo eso, sino que los nervios, el pánico y la tensión han vuelto a sacudir a la sociedad, dejando ver escenas de personas que corrían despavoridas por las calles.
Concretamente en Guangzhou, se registró una situación límite, porque se dieron carreras masivas en el recinto ferias por abandonar la instalación.
Esto ocurrió porque hubo una persona que dio positivo en Ómicron, y la multitud se dispuso a huir corriendo por si la dirección del lugar decidía hacer test masivos entre los asistentes, tal y como expone el diario chino Huanqiu.
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