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El osteosarcoma es el cáncer de huesos más común en niños. También llamado sarcoma osteogénico, se trata de un tumor derivado de las células que generan el hueso.
Es el sexto tipo de cáncer infantil en frecuencia, ya que representa el 3% de los casos de cáncer pediátrico y se diagnostican cuatro nuevos casos al año por cada millón de niños.
La edad promedio de diagnóstico es a los 15 años. No obstante, el osteosarcoma también es común en personas de más de 60.
¿Por qué se desarrolla?
Según webs especializadas, "no se conoce la causa" y en algunos casos podría ser incluso hereditario. Otros expertos lo vinculan a la exposición a radiaciones ionizantes por tratamientos de radioterapia a causa de otros cánceres.
Además, este tipo de cáncer tiende a ocurrir en los huesos más grandes del cuerpo como la espinilla, el muslo o el brazo, donde el crecimiento óseo es más rápido. Pese a ello, puede comenzar a su crecimiento en cualquier otro hueso, extendiéndose después al resto. A veces también se propaga (o hace metástasis) a otras partes del cuerpo, generalmente, los pulmones.
No existe ninguna forma de prevenir un osteosarcoma
En la actualidad, no existe ninguna forma eficaz de prevenir este tipo de cáncer. Pero, con un diagnóstico y un tratamiento adecuados, la mayoría de los niños con osteosarcoma se recuperan.
Los síntomas más comunes del osteosarcoma son dolor e hinchazón en la zona afectada. El dolor puede empeorar al hacer ejercicio físico o por la noche, y se puede formar un bulto o hinchazón en el área afectada.
El tratamiento del osteosarcoma en los niños incluye la quimioterapia, seguida de la cirugía (para extirpar las células cancerosas). Mientras que la cirugía suele permitir extirpar con eficacia el cáncer de huesos, la quimioterapia podría ayudar también posteriormente a eliminar las células cancerosas que permanecen en el cuerpo.
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