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Suecia ha querido seguir los pasos de Finlandia, y el Gobierno ya ha confirmado que pedirá el ingreso en la OTAN tras la reunión extraordinaria del ejecutivo. Mientras, las amenazas de Putin continúan, y Europa se hace cada vez más fuerte.
Adiós a la neutralidad de Suecia y Finlandia
Los ministros de Exteriores de la OTAN recibieron el pasado fin de semana buenas noticias: Suecia y Finlandia deciden unirse a la Alianza y así reprimir a las amenazas de Putin. El Gobierno de Magdalena Andersson lo confirmó el pasado lunes tras una reunión extraordinaria del Ejecutivo. Lo mismo ocurría con Finlandia, quien también aceptó la decisión de unirse a la Alianza Atlántica.
Tras varios años de neutralidad, ambos países abandonan sus ideales y deciden unirse a la guerra con Putin, y por supuesto, proteger sus países ante una posible invasión. Sin embargo, y hasta que se apruebe la entrada en la Alianza, los países quedan en una situación vulnerable, por lo que la OTAN plantea la posibilidad de desplegarse en ambos países como medida preventiva.
Por otro lado, Turquía insiste en que no votará a favor de la adhesión, ya que acusa a ambos países de ser “refugio de terroristas”. Estocolmo sitúa la neutralidad en la tradición, pero no en los Tratados internacionales.
Las continuas amenazas de Rusia hacia la OTAN y los países adheridos
La decisión tomada por ambos países no tiene vuelta atrás, algo que a Rusia no le ha acabado de convencer. Por eso, comenzó avisando de “represalias de carácter militar” contra Finlandia y Suecia en el caso de entrar a la OTAN. Sin embargo, el pasado lunes, Vladimir Putin hizo un matiz y señaló que Moscú “no tiene problemas” con Helsinki y Estocolmo, pero “habrá respuestas” incluso recurriendo al arsenal nuclear en el caso de desarrollar infraestructuras militares.
Ante las posibles consecuencias de esta alianza de países, el Gobierno sueco ha decidido enviar una proposición al Parlamento para posibilitar que el país pueda recibir apoyo militar de la Unión Europea y la OTAN durante el tiempo que aguante el proceso de ratificación dentro de la vulnerabilidad.
Protección a todos los países miembros
Si de algo está segura la Alianza Atlántica es de la protección hacia todos sus países miembros. Desde el principio se ha comprometido a proteger a cada uno de los habitantes de estos países, incluso por encima de las amenazas nucleares y militares de Putin.
Aunque hasta su adhesión total no podría acogerse la protección mutua, el alto mando ha prometido que se les dará “garantías de seguridad” durante el proceso. Los ministros de Exteriores insisten en la necesidad de permanecer juntos en este momento histórico que se está llevando la vida de miles de inocentes.
Mientras tanto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asegura, tras la noticia del ingreso de Suecia en la OTAN, que es “una decisión soberana que reforzará la Alianza Atlántica para afrontar juntos los desafíos del presente y del futuro. La unidad es nuestra mayor fortaleza”.
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