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El espeluznante suceso tuvo lugar el pasado 28 de julio en Calatayud (Zaragoza), cuando la Policía local recibe un aviso por robo en un establecimiento en la dicha localidad aragonesa. Un grupo de personas propinó una brutal paliza a un hombre de 35 años, militar de profesión, a la salida de un bar de copas. Tenía la cabeza abierta, estaba envuelto en una gran mancha de sangre y aún así no dejaban de darle patadas en la cabeza como si de un balón de fútbol se tratase.
Cuando llegaron los agentes de la policía, vieron cómo los tres agresores, de entre 21 y 27 años, salen huyendo del lugar. El estado de la víctima era tan grave que los agentes optaron por atender al herido y dejar escapar al grupo de violentos.
Por suerte, la rápida actuación de los agentes salvó la vida a este militar de 35 años que a punto estuvo de perder la vida por las graves lesiones de la paliza. Tenía el cráneo fracturado, lo que le llevó a estar dos días en coma, según señala El Español.
Los tres detenidos ya eran conocidos por su conflictividad
En cuanto a los agresores, fueron detenidos posteriormente gracias a la colaboración de varios testigos. Al parecer, dos de ellos serían de nacionalidad rumana, aunque uno de ellos es español. Algunos de ellos, ya estaban fichados por la policía al poseer antecedentes policiales y penales por peleas de corte similar en la misma ciudad.
La víctima había estado toda la noche con varios amigos en el bar, hasta que este grupo de personas conflictivas torció el rumbo de lo que debería a haber sido una noche de diversión. Después, se ha podido saber que no era la primera vez que estos tres jóvenes provocaban altercados en el mismo local.
La paliza tuvo lugar en la puerta del local
A la salida, sobre las 06.00 horas, los tres jóvenes y otras cinco personas, que no han sido detenidas, esperaban al militar. Según cuentan varios testigos a este diario, le atacaron por la espalda. Uno de los detenidos le dio una patada en la pierna. Acto seguido, el hombre de 35 años cayó hacia atrás, dándose un fuerte golpe en la cabeza contra un bordillo, que le dejo inconsciente. Los agresores, si bien, siguieron apaleándole hasta que llegaron los agentes, casi por casualidad.
José Luis se encontraba inconsciente, tirado en el suelo, y con una herida abierta en la cabeza por la cual sangraba abundantemente. Presentaba una fractura cerrada de cráneo y otra en la nariz. Según fuentes cercanas, los médicos decidieron inducirle en coma durante dos días "para que le bajase la inflamación cerebral", siempre encontrándose fuera de peligro. Días después, la víctima más grave evoluciona favorablemente de sus lesiones.
Los tres jóvenes fueron detenidos por un delito de lesiones graves y puestos a disposición judicial.
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