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La industria alimentaria suele tener requisitos especiales con respecto a otro tipo de negocios. Esto se debe principalmente a lo delicados que son los alimentos y el impacto tan negativo que podría tener una mala manipulación y gestión de los mismo en la salud de los consumidores. En este sentido, el suelo se convierte en un punto clave dentro de una fábrica, almacén o puesto de envasado. Los pavimentos alimentarios suelen ser imprescindibles en estos casos.
Pero, ¿Qué es el pavimento alimentario? Se trata de un tratamiento especializado del suelo que reduce al máximo las desventajas y los riesgos de los suelos de hormigón, baldosa o porosos en exceso. Para entenderlo mejor podemos pensar en un suelo de hormigón, más económico, pero cuya limpieza, si trabajamos con alimentos, debe ser constante y en profundidad. El uso de productos químicos, mezclado con agua caliente, acaban desgastando en exceso este tipo de suelo.
El pavimento alimentario, resistente y más salobre
Un pavimento alimentario está especialmente pensado para ser resistente a una limpieza constante, y no solamente eso, también para que su limpieza sea más sencilla y no sea necesario utilizar productos o sistemas demasiado agresivos. Esto se debe a que este tipo de pavimento cuenta con un recubrimiento especial que evita que las bacterias de los alimentos, se queden en las zonas porosas del suelo, zonas que muchas veces no somos capaces de ver a simple vista.
Por otro lado, el pavimento alimentario cuenta con un sistema antideslizamiento, para evitar accidentes laborales por un suelo mojado con cualquier líquido o sustancia, como el aceite, que estemos manipulando. Por otra parte, aunque no lo parezca, los alimentos no son inocuos, en el sentido de que en ellos viven microorganismo que pueden favorecer el crecimiento de hongos o bacterias, otros incluso pueden ser ácidos y corrosivos si no se limpian adecuadamente.
El tratamiento de los suelos
Esto hace que un suelo que no este acondicionado para la manipulación de alimentos, sufra mucho más que uno que sí lo está. Pero, ¿Cómo se realiza un tratamiento del suelo adecuado? Es aquí cuando entra en juego el pavimento alimentario. La técnica de acondicionamiento pasa por hacer un estudio previo del suelo para valorar su condición. Si necesita nivelado, si está muy desgastado o si está recubierto por un material inadecuado. Estos son puntos a resolver en primera instancia.
Lo siguiente será implementar el pavimento alimentario que más nos beneficie en nuestro local. Actualmente en el mercado existen 4 tipos de estos pavimentos:
- Recubrimiento epoxi: suele ser de los más comunes, ya que resiste al uso de productos químicos, al calor y es antideslizante.
- Recubrimiento de poliuretano: con las mismas bondades del anterior con la diferencia de que resisten más con el tiempo, sobre todo a los cambios de temperatura bruscos.
- Revestimientos de metacrilato de metilo (MMA): son los más rápidos de instalar y están especialmente pensados para resistir a la luz ultravioleta y también para dar un toque estético.
- Revestimientos de poliurea: suelen ser de los más recomendados por su tratamiento rápido y su alta tolerancia a los ácidos, el calor y los impactos.
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