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El descenso constante en las encuestas y la pérdida del voto joven en las elecciones de Madrid han llevado a una crisis mucho mayor de la prevista en el Gobierno de Pedro Sánchez.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más del 13 % de los votantes del 4-M se califican de feministas y ecologistas. Sin embargo, para la izquierda hay otros partidos que representan mejor esos intereses, algo que Sánchez quiere revertir con este cambio de carteras.
La percepción de que el PSOE bloquea medidas sociales como subir el sueldo (SMI), facilitar el acceso a la vivienda y la ley Trans, han determinado la búsqueda de ministros que puedan conectar con los nacidos desde 1990.
Pedro Sánchez prescinde de varios de sus pesos pesados y apuesta por una nueva generación de dirigentes del PSOE
El melón lo abrió la semana pasada el ministro de Consumo, Alberto Garzón, al hablar sobre si es correcto o no consumir carne, lo que pudo parecer una excentricidad más del gobierno. Sin embargo, detrás no nos encontramos con una metedura de pata, sino un profundo debate que divide a la población española por edades.
Ante esto, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, optó por una respuesta que pudo hacer gracia en un primer momento, pero que dentro del partido desconcertó y no tardó en verse como un error. "A mí, donde me pongan un chuletón al punto... eso es imbatible", afirmó. Un resbalón porque lo cierto es que la población de menos de 40 años consume mucha menos carne que sus mayores. Este descenso no se debe solo a un cambio de hábitos de los jóvenes, también a una concienciación ambiental (asumen que las ganadería intensiva perjudica al medio ambiente) y a motivos de salud. Muchos de los nacidos después de 1990 -voten a izquierda o a derecha- lo tienen ya interiorizado y lo consideran algo indiscutible.
Su gobierno estaba dejando de conectar con muchos de sus potenciales votantes: los jóvenes.
A todo esto hay que sumarle otras polémicas como el posicionamiento del Gobierno de Sánchez sobre la ley Trans
Los socialistas entraron en un desgaste sin fin tras aprobar la ley Trans por el Consejo de Ministros. Además, se ha considerado errada su posición con los alquileres y la vivienda.
En estos debates hay un punto en común: los votantes más jóvenes rechazan la posición que defiende el PSOE y que en el Gobierno escenificaban Carmen Calvo y José Luis Ábalos. No son los únicos culpables de que la parte socialista del Gobierno abanderase estas posiciones, pero sí lo eran ante la opinión pública.
Entre los cambios del Gobierno, el nuevo jefe de Gabinete, el experimentado socialista Óscar López, será el encargado de que la reconexión que se busca ahora de Sánchez con la ciudadanía sea también del presidente con el propio PSOE.
Quitar de portavoz del Gobierno a María Jesús Montero para poner a una desconocida Isabel Rodríguez es una decisión arriesgada, pero va en la línea de acerarse a un votante joven y progresista que en las últimas elecciones de Madrid se fue mayoritariamente a Más Madrid, el partido de Iñigo Errejón.
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