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El Parque Nacional de Doñana es uno de los humedales más extensos del continente europeo, y ahora se encuentra gravemente herido de muerte.
Se extingue, sí, y es que los signos de alarma no han dejado de advertir que este ecosistema tan valioso ya no puede más. Ahora las marismas, las dunas y los bosques de Doñana han entrado en el riesgo de ser un ecosistema seguro para la biodiversidad que hay en este enclave natural.
El regadío ilegal, el cambio climático y la acción humana han sido los desencadenantes de esta terrible tragedia. Las más de 1.300 especies vegetales y unas 450 especies animales van a pagar muy cara la extinción de este ecosistema.
Doñana, herido de muerte
El Parlamento Andaluz dio luz verde a la tramitación de la Proposición Ley que legalizará 1.900 hectáreas de regadío en el entorno del Parque Nacional de Doñana.
Dicha aprobación conlleva los siguientes batacazos para el enclave natural:
- Amnistía de los pozos ilegales que han drenado el agua que sustenta la vida de Doñana.
- Cometer la injusticia con el propio Parque Nacional, además de con las gentes y la naturaleza que viven del enclave y por su preservación.
- Hacer un efecto llamada que aumentará la presión acuífera de forma insostenible.
Esta grave tragedia medioambiental que asola a Doñana, no solamente tiene que ver con la totalidad de su pérdida como enclave natural en nuestro litoral, sino que el impacto repercutiría a grandes escalas a la biodiversidad.
La avifauna presente en dicho ecosistema, perderá un humedal esencial para realizar la invernada, la cría y las rutas migratorias.
Asimismo, especies en grave peligro de extinción, como la cerceta pardilla, no van a tener uno de sus últimos y más importantes lugares para apartarse.
La pérdida de la biodiversidad no solo afectará al sitio, sino que se dará lugar a una pérdida acelerada que va a conseguir traspasar las fronteras.
La crisis climática se combate con estos ecosistemas
Este Parque Nacional, como humedal que es, se encarga de reducir en gran parte, el riesgo de inundaciones, porque tiene capacidad para almacenar grandes cantidades de agua, además de purificar.
Sus marismas contribuyen con la sostenibilidad de una rica y variada biodiversidad, en especial de la flora, por lo que son espacios clave para capturar y almacenar las emisiones de CO2.
Asimismo, la ley que va a aprobarse, va totalmente en contra de los convenios a nivel nacional internacional que velan por la seguridad de este enclave natural, pues sobra decir el gran valor que posee este ecosistema, y las graves consecuencias negativas que tiene para todos su desaparición.
Y el problema no es solo de este ecosistema natural, sino a nivel mundial, ya no solo por la pérdida de ecosistemas claves para la salud del planeta, sino por nosotros mismos, pues poco a poco el mundo digital nos absorbe, alejándonos de la realidad y haciéndonos impasibles con el daño que sufre la naturaleza.
Ahora la naturaleza solamente tiene valor si puede sacársele rendimiento económico, es decir, prestando servicios y aprovechándose de ella para lucrarse. Doñana es solamente un ejemplo de ecosistema, un ejemplo herido de gravedad, de tantos otros que ya han desaparecido o están apunto de hacerlo. Y no debería ser así...
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