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Las causas que provocan las reacciones desmedidas de las mascotas ante ruidos muy fuertes como los de los petardos siguen siendo un caso de estudio, pero se estima que pueden ser tanto psicológicas como genéticas. Existen razas que parecen más propensas a reaccionar descontroladamente en situaciones de ruidos fuertes y repentinos, y otras que lo sobrellevan de mejor manera.
Lo que mucha gente no sabe es que el ruido de estos petardos y de los fuegos artificiales, también atemoriza, y mucho, a las aves, que son capaces de volar hasta 500 kilómetros sin parar para huir de las ciudades.
No solo los perros sufren con los cohetes, petardos y fuegos artificiales que tradicionalmente se lanzan en Nochevieja
Ya sea por Navidades, o en las fiestas veraniegas de pueblos y ciudades, o por cualquier otro tipo de celebración, en España los fuegos artificiales y petardos están a la orden del día.
No es raro ver cómo algunas personas se tapan los oídos o prefieren evitar este tipo de situaciones, saliendo de sus casas cuando ya se ha pasado la pirotecnia o refugiándose en algún bar o local disponible.
Además, son muchos los menores que presentan signos de ansiedad con los fuegos artificiales. Y adultos que han mantenido esta fobia una vez que han crecido, y que aunque la controlan por la madurez de la adultez, les sigue sin gustar demasiado este acontecimiento en particular.
Pues lo mismo ocurre con nuestras mascotas. Cuando llegan este tipo de eventos en los que se utilizan fuegos artificiales, perros y gatos lo pasan realmente mal.
Ahora, científicos alemanes han comprobado que el estruendo lanzado al aire para saludar al nuevo año también alteran el comportamiento de distintas aves, que durante esas fechas se alejan todo lo que pueden de los núcleos urbanos.
Los investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal han rastreado con GPS grupos de gansos migratorios del Ártico en Alemania, Dinamarca y Países Bajos durante el período de Año Nuevo para examinar el impacto a largo plazo de los fuegos artificiales.
Estos son los graves efectos que tienen los petardos sobre las aves
Los datos de movimiento de 347 gansos durante 8 años consecutivos mostraron que en la víspera de Año Nuevo, las aves abandonan repentinamente sus lugares para dormir y vuelan a nuevas áreas más alejadas de los asentamientos humanos. Las aves perturbadas descansaron dos horas menos y volaron más lejos, a veces hasta 500 kilómetros sin parar, que en las noches sin fuegos artificiales ni petardos.
Los comportamientos inusuales no terminaron con las celebraciones. Durante todos los días estudiados después del Año Nuevo, los gansos pasaron más tiempo buscando alimento y nunca regresaron a sus lugares originales para dormir.
Las cuatro especies estudiadas fueron el ánsar careto, barnacla cariblanca, ánsar piquicorto y ganso de frijol de taiga. Son todas especies migratorias del Ártico, que pasan sus inviernos descansando y alimentándose en el norte de Alemania, Dinamarca y los Países Bajos.
Pero los hallazgos del estudio revelan cambios significativos en el comportamiento invernal de todas las especies en respuesta a los fuegos artificiales. Normalmente, los gansos regresaban al mismo cuerpo de agua durante varias noches, descansando en la superficie y moviéndose muy poco, ahorrando energía esencial. Pero durante la noche de la víspera de Año Nuevo, cuando se encendían los fuegos artificiales, los gansos abandonaron sus sitios de sueño con más frecuencia, volaron en promedio de 5 a 16 kilómetros más y de 40 a 150 metros más alto que en noches anteriores.
"Es impactante ver cuántas aves vuelan más en las noches con fuegos artificiales en comparación con otras noches", dice en un comunicado Andrea Kölzsch, científica investigadora del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y primera autora del estudio. "Algunos ejemplares volaron cientos de kilómetros en una sola noche, cubriendo distancias que normalmente solo volarían durante la migración".
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