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El Gobierno de Aragón ha puesto en marcha un plan estratégico que busca transformar el paisaje forestal de la comunidad autónoma en los próximos años. Se trata del Plan de Reforestación de Aragón 2024-2027, elaborado por la Dirección General de Gestión Forestal, dependiente del Departamento de Medio Ambiente y Turismo. Este plan no solo representa una medida medioambiental, sino también un compromiso firme hacia la sostenibilidad, la adaptación al cambio climático y la protección del entorno natural aragonés.
Cambio climático, reforestación y protección del suelo
El Plan de Reforestación se construye sobre tres pilares fundamentales. En primer lugar, busca combatir el cambio climático mediante la captura de CO₂ a través del incremento de la masa forestal. En segundo lugar, pretende restaurar y recuperar los bosques aragoneses, muchos de ellos deteriorados por incendios, abandono o erosión. Y, por último, se centra en la protección del suelo, uno de los recursos naturales más vulnerables de Aragón, especialmente en zonas propensas a la desertificación.
Cada árbol plantado representa una apuesta por el futuro ecológico, social y económico del territorio.
Dos millones de árboles en 2.000 hectáreas
La meta que se ha marcado el Gobierno de Aragón es clara: plantar al menos 2 millones de árboles y actuar sobre 2.000 hectáreas distribuidas por las tres provincias aragonesas (Zaragoza, Huesca y Teruel). Este esfuerzo de reforestación se extenderá a lo largo de cuatro años, con una inversión total de 10,2 millones de euros.
El plan prioriza las zonas que presentan un mayor riesgo de erosión y aquellas que han sufrido incendios en los últimos años. Se trata de intervenciones planificadas con criterios técnicos y medioambientales, destinadas a asegurar la recuperación a largo plazo de los ecosistemas forestales.
La directora general de Gestión Forestal, Ana Oliván, ha informado recientemente de los avances del plan durante una visita a los trabajos de repoblación forestal que se están desarrollando en la provincia de Teruel, concretamente en los municipios de Alcorisa y Ejulve.
Según Oliván, se prevé que para finales del año 2026 se habrán recuperado ya 1.200 hectáreas de monte, lo que representa más de la mitad de la superficie total prevista por el plan. Este avance demuestra el buen ritmo de ejecución del proyecto, pese a las dificultades logísticas y climáticas que conlleva una intervención de tal magnitud.
En el municipio de Alcorisa, los trabajos de reforestación se están desarrollando sobre una superficie de 90 hectáreas. Se están utilizando técnicas como el ahollado, que consiste en abrir hoyos específicos para facilitar el enraizamiento de las plantas, y se están plantando especies autóctonas como pinos, encinas y sabinas, adaptadas al clima y al tipo de suelo de la zona.
Por su parte, en Ejulve, el esfuerzo se centra en 87 hectáreas de terrenos que fueron afectados por incendios en los años 2009 y 2018. La intervención en estas áreas quemadas es especialmente relevante, ya que busca frenar la pérdida de suelo, evitar procesos de desertificación y restaurar un ecosistema que ha sufrido daños severos en las últimas décadas.
Condiciones favorables y técnicas sostenibles
Según Oliván, las condiciones actuales del monte son positivas, con abundante vegetación y niveles adecuados de humedad, lo cual favorece la implantación de las nuevas especies y reduce el riesgo de incendios. Además, ha destacado el uso de maquinaria especializada según las características de cada terreno para preparar el suelo sin necesidad de sistemas de riego artificial. Esta estrategia apuesta por una reforestación adaptada al medio y más respetuosa con el entorno.
La ausencia de riego obliga a que la preparación previa del terreno sea especialmente cuidadosa, asegurando que los árboles jóvenes tengan la máxima posibilidad de supervivencia.
Un compromiso con el futuro de Aragón
El Plan de Reforestación de Aragón 2024-2027 se presenta como una de las grandes apuestas del Gobierno autonómico en materia de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático. A través de la recuperación de bosques, la plantación de especies autóctonas y la protección de suelos, este plan no solo busca mejorar el medio ambiente, sino también generar empleo rural, conservar la biodiversidad y fortalecer el vínculo de los ciudadanos con sus montes.
Cada hectárea recuperada y cada árbol plantado son pasos firmes hacia un Aragón más verde, más resiliente y más preparado para los retos ecológicos del presente y del futuro.
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