¿Por qué cuesta tanto perder la grasa abdominal?

Es un problema compartido y mucho más habitual de lo que pensamos. Y es que la grasa abdominal nos da muchos quebraderos de cabeza y a pesar de trabajar a conciencia en el gimnasio para eliminarla, vemos cómo permanece en su sitio. ¿Por qué no se va?, ¿Estoy haciendo algo mal?, se podrán preguntar.

Pues sí, te dejas la vida haciendo abdominales con prolongadas sesiones de ejercicio aeróbico en el gimnasio, modificas tu alimentación, ves todos los tutoriales que encuentras en YouTube, y al final ¿para qué? De vientre plano nada de nada, y ya mucho menos del deseado 'six pack'.

¿Por qué cuesta tanto deshacerse de la grasa en la parte baja de nuestro abdomen?

Según cuenta para El Mundo uno de los mayores expertos en el asunto, Martín Giacchetta, entrenador personal y cofundador de Boutique Gym (Madrid); "El primer gran fallo es que nos pensamos que haciendo abdominales tenemos suficiente, pero estos ejercicios no son siempre los más indicados para alcanzar este objetivo, aunque siempre suma, claro está".

Por desgracia, "el vientre es uno de los principales puntos de acumulación de grasa tanto en el hombre como en la mujer (aunque en el caso de ellas, también se concentra en los glúteos y los muslos) y eso hace más complicado que aflore la musculatura en la zona. Para marcar no queda otra que estar muy bajos de tejido adiposo, lo cual no resulta nada sencillo", recuerda Giacchetta.

Asegura también que para conseguir un abdomen liso y marcado, deberíamos tener un porcentaje de grasa corporal en torno al 10% en el caso de los hombres y un 18% para las mujeres. Sin embargo, no es tarea sencilla, porque esto solo se consigue con una dieta estricta y una buena planificación en los entrenamientos.

¿hasta qué punto es recomendable sacrificarse tanto por un objetivo estético?

"Habría que estudiar cada caso en particular porque llegar a esos límites podría no ser saludable si para lograrlo no se está comiendo de una forma equilibrada", asegura el entrenador argentino.

Por este motivo, Giacchetta recomienda la combinación de cardio y de fuerza: "El aeróbico es esencial para hacer trabajar al corazón y quemar la grasa. Con el fortalecimiento se consigue crear un motor mayor al que tenemos. Si un coche tiene 40 caballos y otro 120, el segundo consumirá más combustible. Lo mismo pasa con nuestro cuerpo. Si generamos más masa muscular consumiremos más calorías".

Otro de los puntos en los que Giacchetta hace incapié es en el sedentarismo. Y es que como él dice, de nada sirve pegarse palizas en el gimnasio dos o tres días a la semana si el resto del tiempo lo pasamos sentados.

"Tenemos que adoptar un estilo de vida más activo, caminar más, subir todas las escaleras que podamos, etc. De ese modo, conseguiremos aprovecharnos a tope de esa maravilla llamada NEAT (Not Exercise Activity Thermogenesis) que es el gasto calórico que produce nuestro cuerpo llevando a cabo todas las actividades físicas diarias que no tenemos programadas, es decir, las que no entran dentro de la práctica deportiva".