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Uno de los motivos sería el salario, bastante más bajo que el de un médico de primaria. Hay un 37% de vacantes sin cubrir.
Los datos hablan, tal y como ha declarado la coordinadora de Sanidad Penitenciaria de la Organización Médica Colegial. Al parecer, una tercera parte de las plazas de médicos están sin cubrir en las cárceles españolas.
Existen diversas causas que alejan a los doctores de los barrotes de las prisiones de España. Por un lado, el salario bruto es 1.450 euros menos al mes que el de un médico de la misma categoría en un centro de salud. A ello habría que sumarle la inseguridad y la conflictividad que se vive en el mundo carcelario.
A pesar de que se les exige la especialidad de Medicina de Familia, el salario es menor, lo que no es un incentivo a querer acceder al puesto. La diferencia con respecto a sus colegas en centros y hospitales es que a los doctores de las prisiones les paga el Ministerio del Interior. Al igual que al resto de personal de enfermería y farmacia que trabaja en prisiones, cobran menos que sus colegas de la sanidad.
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