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El ladrido de los perros es una forma de comunicar emociones y tiene mucho que ver con el entorno y la situación en la que se encuentren.
Este tipo de sonido característico tiene también sus peculiaridades, pues cuenta con un tono determinado, frecuencia y volumen, algo fácil de apreciar a la hora de atender a las necesidades del animal.
El caso, es que los peludos tienden a ladrarle más a unas personas, mientras que con otras son super amigables. Si nos fijamos en la forma en la que emiten el ladrido y sus expresiones corporales podemos determinar si comunican miedo, rabia, ganas de jugar o hambre.
El ladrido de los perros
Pero claro, por muchas señales que podamos conocer del comportamiento de nuestros perros, hay otras ocasiones en las que no se sabe el porqué de su ladrido.
Camilo Arévalo, experto en comportamiento canino, dice que un can ladra por diferentes factores:
- Los movimientos de los humanos, que para ellos no son normales, por lo que pueden tomarlo como ofensivos y como una amenaza, activando su instinto de defensa pasiva, el ladrido.
- En casos extremos, estos ladridos vienen dados porque los perros sienten las energías de las personas, escondiéndose antes de ladrar.
Por su parte, Felipe Vázquez Montoto, un veterinario español del Centro CatDog explicó al portal de cuidado animal 'Wamiz' que sus conductas son parecidas a las de los humanos, es decir, hay personas que les caen mejor y peor, y de ahí esos ladridos.
El portal Experto detalla que los perros ladren a unos y a otros también depende de las sustancias que libera nuestro cuerpo. En caso de sentir miedo u otra emoción como estrés, ansiedad, etc, el organismo libera hormonas a la sangre y a los fluidos corporales, lo que alteran el olor corporal. Y es que el olfato de los canes es tan fuerte que identifica estos cambios.
Pero solo son creencias populares o pensamientos que hemos desarrollado los humanos durante nuestra convivencia con los perros.
La naturaleza del can, una respuesta más convincente
Los animales son territoriales, por lo que algo que los altere, generará una reacción en ellos, así, Arévalo explica que “ocurre mucho con los perros de ciudad, ellos se acostumbraron a ver personas caminando, por ejemplo, y cuando sienten que ese orden se altera, ladran. Por eso vemos que suelen ladrarle a las personas que están sentadas o acostadas en la calle”.
Los traumas que han podido vivir nuestros fieles amigos también pueden dar respuesta a los ladridos, lo ven como un comportamiento para llamar la atención. En caso de ser cachorros, pueden ladrar a causa del miedo, porque en esas etapas la socialización es deficiente.
Es por ello muy importante la prevención de conductas miedosas durante la creación y evolución de la etapa de socialización durante la infancia de los perros, por lo que presentarles a otros canes, personas, otros animales y estímulos, son claves en evitar esos ladridos.
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