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Existe mucho mito sobre la mirada fija de los perros, sobre todo cuando se quedan mirando a una esquina o a un espacio en el que no hay absolutamente nada. Gran parte del imaginario popular le da una respuesta a estas acciones: fantasmas. Pero la realidad es que nuestros amigos caninos se quedan en esa especie de transe en otras ocasiones, como cuando nos miran sin pestañear cuando están haciendo sus necesidades.
Aunque a nosotros esta actitud nos pueda resultar demasiado "intensa", para ellos es un comportamiento inherente e instintivo y poco tiene que ver con una actitud defensiva o que tengan algún problema de comportamiento. Investigar a fondo todos los comportamientos de los perros es un trabajo al que Eduarda Piamore, técnica en Psicología, educación adiestramiento canido y felino, ha destinado gran parte de su carrera profesional.
La mirada fija de los perros mientras defecan tiene explicación
Recientemente, Piamore publicó un artículo en la revista especializada 'Experto Animal', en el que ahondaba en ciertos comportamientos perrunos, por ejemplo el de mirar fijamente a su dueño mientras orina o defeca. Basándose en sus conocimientos sobre la relación de los perros en un hábitat silvestre, la experta determina que este momento suele ser delicado y vulnerable para el animal, ya que por unos momentos debe bajar la guardia.
"Para conseguir defecar u orinar, el perro debe adquirir una posición específica con su cuerpo y emplear cierto grado de esfuerzo, lo que implica que sus sentidos no podrán estar tan alertas a su entorno como de costumbre", indica Piamore en el artículo. Esta tesis también explica que los perros tiendan a buscar lugares más privados o poco expuestos donde poder hacer sus necesidades, para sentirse algo más seguros.
De esta misma forma, buscar la mirada de su dueño/a, al que entiende como su principal protector/a, ya que "tu presencia le ayuda a sentirse más protegido y menos vulnerable a las posibles amenazas del ambiente externo", explica la experta. Se trata más bien de un acto instintivo de protección por parte de nuestros perros.
Otras razones
Dentro de este mismo estudio, Piamor lanza otra posibilidad más allá de este acto instintivo, y tiene que ver con la educación y el refuerzo positivo que le hayamos dado a nuestro amigo canino. Normalmente, cuando adoptamos a un cachorro, o a un perro pequeño, muchos dueños empiezan a enseñarles a hacer sus necesidades en casa. Cuando toca enfrentarse al exterior, a veces es necesario utilizar técnicas de refuerzo positivo, como darles una chuche cada vez que cumplan el objetivo.
"El pequeño problema es que algunos perros asimilan este intercambio como un hábito y lo llevan a su edad adulta. Entonces, puede suceder que miren mientras hacen sus necesidades porque esperan ganar su deliciosa recompensa o felicitación", explica la experta. Por eso a veces se recomienda no solo utilizar premios comestibles, sino también otras recompensas como juguetes.
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