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Lisboa, 17 ene (EFE).- El Gobierno portugués del socialista António Costa presentó hoy un "plan de contingencia" ante un eventual "brexit" sin acuerdo, centrado en proteger a los británicos residentes en el país y apoyar con cincuenta millones de euros a las empresas cuya actividad principal se desarrolle en Reino Unido.
Se trata de medidas aprobadas hoy en Consejo de Ministros y sobre las que Costa dijo que confía "que no sea necesario activar", expuso en rueda el primer ministro, quien compareció acompañado del ministro de Exteriores, Augusto Santos Silva.
El plan portugués, que se aplicará en caso de que el Reino Unido abandone la Unión Europea sin acuerdo tras el 29 de marzo - fecha límite para una salida pactada - se compone de seis aspectos clave.
El primero de ellos está destinado a los británicos que residen en Portugal, a los que se darán "garantías" de que podrán continuar su vida en este país sin mayores cambios, así como proteger "sus derechos fundamentales".
Asimismo, dado que el 80 % de las entradas de británicos al país se registran a través de los aeropuertos de Faro (sur) y Funchal (capital del archipiélago de Madeira), se crearán en estas instalaciones "corredores especiales" para el control de documentación a británicos, a semejanza de los ya existentes para ciudadanos de países de la Unión Europea.
Se busca con ello "agilizar la entrada de turistas" del Reino Unido, el principal mercado emisor para los portugueses, a los que se intentará seducir con una nueva campaña de promoción turística para que sus visitas no decaigan.
Otra de las medidas será la creación de una "línea de apoyo" de 50 millones de euros "para las empresas que trabajen en el Reino Unido", en tanto que la Agencia para la Inversión y Comercio Exterior de Portugal contará con una sección especial de información dedicada al "brexit".
El plan de contingencia busca paliar los efectos de un "brexit" sin acuerdo, que podrían afectar hasta el 26 % de las exportaciones lusas, según cálculos de la patronal portuguesa, que recuerda que el Reino Unido es el cuarto cliente de los lusos.
Su salida de la UE, por tanto, "no dejará de afectar a las empresas y la economía portuguesa", subrayó el primer ministro.
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