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Erradicar la pobreza requiere de planes de choque de amplia envergadura. Portugal ha dado un paso adelante con su Estrategia Nacional de Combate a la Pobreza, la cual tiene como objetivo combatir su tasa de riesgo de pobreza, que en 2019 era del 16,2 % y del 19,1% para el caso de los menores de edad, según los datos del INE
El Gobierno de Portugal aprobó así su estrategia nacional, que prevé reducir la tasa de pobreza al 10 % de la población en un país con 10,3 millones de habitantes, lo que permitiría sacar de esta situación de vulnerabilidad a 660.000 personas y reducir a la mitad la pobreza infantil. Es el doble de lo acordado en el plan de acción del Pilar Europeo de Derechos Sociales aprobado por los países de la UE en la Cumbre Social realizada el pasado mayo en Oporto.
La Estrategia Nacional de Combate a la Pobreza, aprobada en consejo de ministros, establece objetivos hasta 2030, el mismo año que marca Naciones Unidas en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, cuya primera meta es precisamente erradicarla.
La pobreza infantil, un problema que necesita soluciones de urgencia, no solo en Portugal
La estrategia de Portugal también es más ambiciosa que el compromiso europeo en la reducción de la pobreza infantil, señaló la ministra de Presidencia, Mariana Viera da Silva, en la rueda de prensa posterior al consejo.
"Siguiendo el plan europeo, el país tendría que a 120.000 niños de la pobreza y la meta que asumimos es de 170.000", dijo, lo que corresponde a una reducción de la pobreza infantil a la mitad.
La mandataria de Portugal subrayó que el Gobierno socialista luso tiene "un objetivo claro de ir más allá del compromiso europeo" y señaló que para esta estrategia contribuirán medidas de ámbitos como la sanidad, la educación, la vivienda o el empleo, pero no especificó cuáles.
El instrumento busca "concretar un enfoque multidimensional y transversal de articulación de las políticas públicas para la erradicación de la pobreza", insistió. La estrategia, aprobada a mes y medio de las elecciones, es además una de las reformas que contempla el Programa de Recuperación y Resiliencia de Portugal, que la establece como meta para este año.
La pobreza infantil es un mal que aumenta en las grandes ciudades. Afectada especialmente por la crisis del Covid, España ya era en marzo el tercer país con más niños, niñas y adolescentes en riesgo de pobreza, solo por detrás de Bulgaria y Rumanía, según el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), apunta que desde 1990, el mundo ha reducido "a la mitad la población en situación de extrema pobreza. Sin embargo, quedan unos 767 millones personas que viven con menos de 1,90 USD al día", explica la institución en su portal oficial", lamenta.
En este sentido, Ayuda en Acción explica que esta lacra mundial no terminará hasta acabar con el hambre y la malnutrición, la cobertura universal de la salud, la adaptación al cambio climático, el acceso universal a la educación de calidad y el aumento de la inversión en el desarrollo de regiones y comunidades empobrecidas.
Cada vez hay más estudios, de hecho, de la relación directa que existe entre la pobreza y el cambio climático, un problema planetario que exige de aunar esfuerzos comunes para que el calentamiento global no multiplique los desastres naturales como las sequías, síntomas graves especialmente en países en desarrollo. Este ejemplo de Portugal es, por tanto, un buen paso adelante y demuestra que las naciones pueden desarrollar políticas específicas de impacto, pero conviene unir fuerzas desde todos los ámbitos para atajar la pobreza a nivel mundial.
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