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La presa de Almendra destaca por su tamaño y por las vistas panorámicas que ofrece a los visitantes. Esta monumental presa se erige como la más alta de España y la tercera más grande, convirtiéndose en un referente de la región y una importante atracción turística.
La presa de Almendra, su construcción y edificación
La construcción de la presa de Almendra comenzó en 1963, y su finalización se alcanzó en 1970. A lo largo de este período, se utilizaron más de dos millones de metros cúbicos de hormigón para dar forma a esta gran obra de ingeniería. Durante su edificación, se invirtieron cerca de 4.000 millones, lo que refleja la magnitud de la obra en términos económicos y estructurales.
Con una altura de 202 metros y una capacidad de almacenamiento de 2.648 hectómetros cúbicos, su muro se extiende a lo largo de 3,5 kilómetros y alcanza una altura de 197 metros. Estas dimensiones hacen del embalse un gigantesco cuerpo de agua que se extiende por más de 8.650 hectáreas, siguiendo la cuenca del río Tormes.
Un papel clave en la regulación de los cauces del Duero y el Tormes
Desde su inauguración, la presa de Almendra ha jugado un papel clave en la regulación de los cauces del Duero y el Tormes, lo que ha permitido un mayor control sobre las aguas y la generación de energía hidroeléctrica.
Junto con la central hidroeléctrica José María Oriol-Alcántara II, el embalse tiene una potencia instalada de 810 MW, lo que le otorga una capacidad de producción anual de 1.376 GWh.
Sin embargo, no solo su capacidad hidroeléctrica la hace destacada, sino también la belleza natural que rodea el embalse. El área, que forma parte de la reserva de la biosfera transfronteriza Meseta Ibérica, es considerada una de las zonas más hermosas de la región.
Visitas increíbles a mano de todos
El embalse, que algunos llaman "el mar de Castilla y León", ofrece unas vistas que recuerdan a un océano, con una vasta extensión de agua que parece no tener fin. La presa de Almendra está situada a solo unos kilómetros de las localidades de Almendra y Cibanal, en una ubicación privilegiada, en la entrada del cañón granítico del Tormes.
No obstante, recientemente se han implementado nuevas medidas de seguridad en el embalse. Tras más de medio siglo desde su construcción, se cerró al turismo, lo que generó malestar entre los residentes locales y los visitantes habituales.
La decisión de restringir el acceso a algunas áreas de la presa de Almendra fue tomada por Iberdrola, la empresa propietaria, en cumplimiento de la normativa europea de seguridad para este tipo de infraestructuras.
En la práctica, esta medida ha implicado la instalación de vallas en los miradores y la prohibición de estacionar en la coronación del embalse, aunque los turistas podrán continuar visitando la zona y accediendo a los miradores de forma regulada.
Esta reforma, aunque necesaria desde un punto de vista de seguridad, ha generado controversia entre quienes consideran que se ha perdido una oportunidad de disfrutar de unas vistas únicas.
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