Lectura fácil
2022 ha sido un año especialmente complicado en lo que a cambio climático y catástrofes naturales se refiere. Millones de hectáreas perdidas en incendios forestales por todo el mundo, inundaciones que han arrasado ríos y ciudades, así como sequías preocupantes que han puesto en jaque los recursos. Situaciones extremas que van haciendo mella en las reservas de la biosfera globales y con las que comparten un estrecho lazo de correlación.
La naturaleza no puede entenderse de forma individual. Cada pequeña criatura o planta juega un papel esencial en los procesos necesarios para mantenerla en equilibrio. De esta misma forma, no se puede entender de forma individual las catástrofes naturales de las reservas de biosfera, porque unas impactan directamente en las otras. Si dañamos los ecosistemas y menguamos sus fortalezas, las catástrofes serán más recurrentes y mayores, en el camino de vuelta, estas debilitan grandemente el equilibrio de estos ecosistemas.
Día Internacional de las Reservas de la Biosfera
Para sensibilizar a la población mundial, desde la Unesco, se lleva tiempo trabajando en el Programa sobre el Hombre y la Biosfera, un proyecto dirigido a restablecer y reestructuras los vínculos entre los seres humanos y el planeta. La idea central de este trabajo no es otro que el de "mejorar nuestra relación con la naturaleza, en primer lugar, debemos comprender mejor la manera en que afectamos al mundo vivo que nos sustenta y viceversa".
Así lo explica Audrey Azoulay, Directora General de la Unesco, en su carta preparada especialmente para un día como este en el que se celebra "el potencial que brindan las reservas de biosfera para afrontar el gran reto de nuestro tiempo que consiste en hacer las paces con el mundo natural". Sin embargo, este es un trabajo que necesitamos realizar a diario. Por eso, desde la organización, promueven iniciativas que respalden estos ideales en 134 países en todo el mundo, a través de la Red Mundial de Reservas de Biosfera.
No se trata de reservas naturales
Quizá el utilizar palabras como "reserva", nos puede llevar a ligeras confusiones. Ya que las reservas de biosfera no son únicamente las áreas protegidas tradicionales, como parques naturales o similares, sino que son además, " lugares donde viven y trabajan 276 millones de personas". Permanecer indiferentes a su cuidado, es permanecer indiferentes al cuidado de nuestro propio futuro, ya que sin su fortaleza, nos vemos expuestos a fuerzas naturales en desequilibrio.
"Esos sitios existen allí donde las personas interactúan con la naturaleza. De la ciudad a la sabana, de la cima de la montaña al manglar, su tamaño varía, pues va desde una única y pequeña comunidad insular hasta vastos corredores ecológicos que atraviesan varios continentes", explica Azoulay. Con estas reflexiones, pretende hacernos entender que por vivir en urbes, no somos ajenos a toda la biosfera que nos rodea y que por tanto, está en nuestras manos trabajar para preservarla.
Añadir nuevo comentario