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Salvar el planeta sigue siendo una de las principales preocupaciones globales. Desde las instituciones y la participación ciudadana, se busca hacer frente a un problema que podría poner fin a la existencia de la raza humana. La transición hacia modelos sostenibles y la concienciación sobre la importancia de preservar el medio ambiente, pasa por un cambio en la visión que tenemos de los recursos, pero también de su gestión y consumo. Abrirnos a alternativas de consumo y reducir nuestra huella de carbono, son pequeñas acciones con un impacto importante.
Uno de los ejemplos más significativos en cuanto a cambio de modelo productivo para salvar el planeta es el caso de la industria alimenticia. Mucho se ha hablado de los grandes esfuerzos que deben hacerse para evitar el despilfarro, los residuos y envases, y las emisiones contaminantes que genera. Uno de los puntos más delicados de la industria es la producción de carne, especialmente la de vacuno. El 80 % de la tierra cultivada está dirigida a la alimentación de vacas, pollos o cerdos y teniendo en cuenta que la agricultura es una de las principales causas de contaminación y degradación de los suelos, es necesario tomar medidas a este respecto.
La proteína de los hongos como alternativa para salvar el planeta
Todo sacrificio es poco cuando se habla de salvar el planeta. El planeta Tierra es el único hogar que tenemos y por tanto debemos cuidarlo. Científicos del Instituto Potsdam para el Estudio del Impacto Climático (PIK, en Alemania) y el Centro Mundial para los Vegetales (Taiwán) han presentado un estudio en la revista 'Nature' en el que pretenden demostrar las posibilidades tan beneficiosas de sustituir algunos elementos de nuestra dieta, especialmente la carne, por otras alternativas como los hongos o los insectos.
El estudio hace especial hincapié en las proteínas que se encuentran en los hongos. Para Isabelle Weindl, investigadora del PIK y coautora del estudio, existen proteínas “de origen vegetal, como las hamburguesas de soja, y las células animales cultivadas en una placa de Petri, también conocida como carne cultivada. Pero también están las proteínas microbianas derivadas de la fermentación”. Según consideraciones Weindl estas serían las más prometedoras, debido a su elevado contenido proteico y su textura, tan similar a un filete. En el mercado ya se pueden encontrar productos como salchichas hechos de las micro proteínas de los hongos.
Pero una de las mejores noticias para la lucha por salvar el planeta, es la desvinculación de estos productos de la agricultura. “Nuestros resultados muestran que incluso teniendo en cuenta el azúcar como materia prima, la proteína microbiana requiere mucha menos tierra agrícola que la carne de rumiantes para ofrecer la misma cantidad de proteínas”, explica esta investigadora.
El impacto medioambiental del ganado, un escollo para salvar el planeta
Uno de los principales problemas de la producción y el consumo de carne es la cantidad de recursos y consecuencias que produce a nivel medioambiental. El uso de las tierras cultivadas para la alimentación y la crianza de estos animales, supone un alto coste a los suelos, ya que acelera su degradación, y además promueve métodos poco éticos, como la deforestación, para ampliar el terreno. Por no hablar de las emisiones de CO2 que ocasionan, tanto por los desechos que dejan atrás como por la necesidad del transporte de estas mercancías.
Nos queda poco tiempo para salvar el planeta. Reducir las emisiones de metano a la atmosfera, recuperar los suelos y reforestar los terrenos, deberían ser uno de los principales objetivos, tanto de las instituciones como de los ciudadanos. El modelo de consumo en el que nos movemos ha dejado de ser sostenible e incluso va en contra de nuestra salud.
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