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Veinte años de guerra en Afganistán han transformado a los talibanes, y ahora el grupo fundamentalista es diferente al que dirigió Afganistán entre los años 1996 y 2001.
A lo largo de estas dos décadas de intervención extranjera, el grupo ha experimentado cambios en sus teorías de gobierno, en su aproximación a la población, en su interpretación de la influencia internacional y en su propia composición. De este modo, los líderes talibanes no son los mismos que hace 20 años.
Liderados actualmente por Mawlawi Hibatullah Akhundzada, este movimiento cuenta con varias cabezas que completan su estructura militar y hoy conducen la lucha que les ha permitido retomar su poderío en Afganistán.
Ahora, el expresidente afgano Hamid Karzai, el hombre fuerte en el Gobierno de transición desde la caída de los talibanes a finales de 2001 hasta las elecciones de 2014, será uno de los que negocie con la milicia integrista el traspaso de poderes en Kabul estos días.
Estos son los principales líderes talibanes de la actual dirección del grupo
Importante: Ninguno de estos dos primeros líderes talibanes de los que vamos a hablar aparece en la lista de los más buscados del Departamento de Estado estadounidense.
Sí lo hace, bajo una recompensa de 10 millones de dólares por información sobre su paradero, Sirajuddin Haqqani, líder de la red Haqqani, organización considerada terrorista por Washington desde 2012 y vinculada estrechamente a los talibanes. Muchos de los miembros de esta organización familiar armada están entre los objetivos de la guerra contra el terrorismo aún desarrollada por EE.UU.
Haibatullah Akhundzada, el líder supremo
Haibatullah Akhundzada fue nombrado líder de los talibanes en una rápida transición de poder después de que un ataque de un dron estadounidense matara a su predecesor, el mulá Mansour Akhtar, en 2016.
Antes de ascender, Akhundzada era una figura religiosa de bajo perfil. Se cree que fue seleccionado para servir más como figura espiritual que como comandante militar.
Tras ser nombrado líder, Akhundzada se aseguró la lealtad por parte del jefe de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, que colmó de elogios al religioso, llamándolo "el emir de los fieles".
Mulá Baradar, el fundador
La historia del mulá (líder religioso) Abdulghani Baradar, nacido en la provincia de Uruzgan en 1968, sirve para conocer el auge, caída y resurrección de los talibanes.
Baradar es uno de los fundadores de este movimiento nacido a finales de los años ochenta de entre los seminarios religiosos en la frontera afgano-paquistaní. Bajo la dirección del mulá Mohamed Omar, el más buscado por Estados Unidos junto a Osama Bin Laden tras el 11-S, Baradar ocupó varios puestos en el aparato militar talibán hasta la invasión norteamericana. Interpol le situó como viceministro de Defensa.
Tras la derrota de los talibanes a finales de 2001, Baradar mantuvo siempre una posición de liderazgo y un perfil propicio para las negociaciones entre las partes.
En febrero de 2010, las fuerzas de seguridad paquistaníes detuvieron al líder talibán en la ciudad de Karachi, un golpe celebrado por EE UU. En octubre de 2018, ocho años y medio después, Baradar fue puesto en libertad. Según publicó el diario paquistaní The News el día de su liberación, el preso vio la luz gracias a una petición del Gobierno de Qatar, país que acogería las negociaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes.
Sirajuddin Haqqani, jefe de la Red Haqqani
Hijo del famoso comandante de la yihad antisoviética, Jalaluddin Haqqani, Sirajuddin ejerce a la vez de líder adjunto del movimiento talibán y de jefe de la poderosa red Haqqani.
La Red Haqqani es un grupo terrorista designado por Estados Unidos que ha sido considerada durante mucho tiempo como una de las facciones más peligrosas que han luchado contra las fuerzas afganas y de la OTAN lideradas por Estados Unidos en Afganistán durante las dos últimas décadas.
El grupo es famoso por su uso de terroristas suicidas y se cree que ha orquestado algunos de los atentados más destacados en Kabul a lo largo de estos años.
La red también ha sido acusada de asesinar a altos funcionarios afganos y de retener a ciudadanos occidentales secuestrados para pedir un rescate, como el soldado estadounidense Bowe Bergdahl, liberado en 2014.
Conocidos por su independencia, su perspicacia en la lucha y sus hábiles negocios, se cree que los haqqanis supervisan las operaciones en las escarpadas montañas del este de Afganistán, al tiempo que ejercen una considerable influencia sobre el consejo que lidera a los talibanes.
Mulá Mohamed Yaqoob
Junto a Baradar y Haqqani, el mulá Mohamed Yaqoob completaría el trío de lugartenientes bajo las órdenes del emir Akhundzada en el organigrama talibán.
Yaqoob, de unos 30 años, es el hijo del fundador de los talibanes y primer emir, mulá Omar. Educado en Karachi, Yaqoob estaría al frente de las operaciones militares del grupo integrista.
Su linaje y sus vínculos con su padre -que gozaba de veneración como líder de los talibanes- le sirven de potente símbolo y le convierten en una figura unificadora de un movimiento en expansión.
Sin embargo, se sigue especulando sobre el papel exacto de Yaqoob dentro del movimiento, y algunos analistas sostienen que su nombramiento para el cargo en 2020 fue meramente cosmético.
Finalmente, dos nombres están empezando a sonar como portavoces habituales y líderes talibanes, en este esfuerzo del grupo insurgente por dar una cara más amable hacia la comunidad internacional: Suhail Shaheen, portavoz en Doha ―que ha llegado a ponerse en contacto con la BBC para explicar en un programa en directo cuáles son los planes de los talibanes en esta transición de poder—, y el representante de la oficina política del grupo, Mohamed Naeem.
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