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El acceso a la lengua de signos, en ámbitos como la educación y los servicios públicos, es fundamental para los derechos humanos de las personas sordas.
Para las personas sordas y sus familias, el acceso a la lengua de signos es clave para romper las barreras de comunicación y poder participar en la sociedad como cualquier otra persona.
Hacer realidad los derechos de estas personas comienza con asegurar que los niños sordos tengan acceso a la educación en lengua de signos.
Los niños sordos tienen derecho a una educación de calidad, como el resto de niños, en un lenguaje y un entorno que maximice su potencial
En todo el mundo, a los niños y los jóvenes sordos a menudo se les niega la educación. Existe una carencia de profesores con una buena formación en lengua de signos y, en muchos casos, los padres no saben que sus hijos tienen derecho a ir a la escuela y que pueden aprender si reciben el apoyo adecuado.
Para estas familias, todo alumno sordo tiene derecho a ser educado en su lengua natural, la lengua de signos, y a hacerlo dentro del aula, es decir con otros niños sordos y oyentes, de manera que se garantice su igualdad de oportunidades. Debemos aportar por un enfoque bilingüe intermodal en el que estén presentes los signos, acompañada de la lengua oral, y de las ayudas protésicas que se valoren oportunas, ya sea implantes cocleares, audífonos u otras.
Además, el no tener acceso a atención médica en esta lengua es otro de los numerosos obstáculos que enfrentan las personas sordas.
En consulta con las personas sordas y con problemas de audición y las organizaciones que las representan, los gobiernos deberían proporcionar acceso a la interpretación profesional de la lengua de signos en el ámbito de los servicios públicos, como la atención médica, la educación o el sistema de justicia.
Las personas sordas reclaman blindar la lengua de signos en cada ámbito de su vida
Familias con hijas e hijos sordos han asegurado que privar la lengua de signos a la infancia es una “forma de violencia” y que el síndrome de privación lingüística es un atentado contra los derechos de la infancia y la adolescencia que se ejerce de manera sistemática contra la infancia sorda y sordociega de España, lo que acarrea graves “problemas lingüísticos, cognitivos y psicosociales”.
Así lo manifestó la presidenta de la asociación de familias con hijas e hijos sordos de Cataluña Volem Signar i Escoltar, Marian González, quien compareció en la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad del Congreso de los Diputados para denunciar la situación de vulneración de los derechos de la infancia y de la adolescencia sorda en España.
Durante su intervención, Marian González relató cómo a esta asociación llegan familias con hijas e hijos sordos a los que no se les ha dado la posibilidad de adquirir la lengua de signos, la única que desarrollan de manera natural. Asimismo, manifestó que las familias “no suelen disponer de una información completa y veraz” en todo aquello que concierne a la sordera, y ha referido que algunos padres y madres aseguran que “sus otorrinos de referencia les dicen que signar es un obstáculo para el desarrollo de la lengua oral” cuando ciencia y legislación apuntan a todo lo contrario.
Sin embargo, aunque en teoría las personas sordas están respaldadas por la Ley 27/2007, que permite elegir una modalidad educativa bilingüe, la presidenta de Volem Signar i Escoltar consideró que, “en España, pocas familias y personas sordas son tan afortunadas como para poder elegir una educación que cuente con la lengua de signos”. “La realidad nos muestra que, a pesar de contar con un gobierno que se autodefine comprometido con los derechos de nuestro colectivo, en la práctica es del todo insuficiente”, lamentó.
(Imagen de Cristina Marcos-Arias / Secuencia de signos para “amanecer” en lengua de signos española. )
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