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Los tatuajes se hacen más comunes cada día que pasa, en su mayoría ya están aceptados por la sociedad como un elemento más de la personalidad de una persona.
Los tatuajes no son para todo el mundo, en ocasiones hay que pasar por la aguja para darse cuenta de esto. Está bien mejor decir que no habiendo probado a hacerse uno.
Así que ya sea porque decidiste que los tatuajes no van contigo o te quedaste sin espacio y quieres uno nuevo, aquí te mostramos cómo se remueve uno.
El proceso de borrar un tatuaje
A diferencia de recibir un tatuaje, removerlo será un proceso un poco más largo. Las variaciones que entran en la ecuación son muchas más, el tiempo que tiene el tatuaje asentado en la piel, sus colores, su localización e incluso el color y tipo de piel de la persona que lo lleva. Además del tamaño claro.
Colores como el rojo o el verde son más complicados de quitar, mientras que el negro y el azul oscuro son los más fáciles.
Todos estos detalles hacen que se tengan que realizar múltiples sesiones antes remover por completo el pigmento de la tinta de la piel, por lo que nuestro tatuaje irá cambiando de apariencia según vayan pasando las sesiones.
El láser que se utiliza para remover los tattoos va rompiendo poco a poco las partículas de tinta bajo la piel, permitiéndole al cuerpo absorber y luego expulsar la tinta. Esto es un proceso que el cuerpo hace desde que nos hacemos un tatuaje y es la razón por la que se van desgastando con el tiempo, el láser solo lo acelera. El proceso es totalmente seguro y no debe dejar secuelas.
No esperabas que fuese indoloro, ¿verdad?
Desgraciadamente tenemos que decir que removerlo duele. Tanto, o más, como recibir un tatuaje, aunque la sensación de dolor es descrita como quemarse, y si bien usualmente las sesiones duran minutos, probablemente no sea una experiencia relajante.
El proceso de sanado es muy similar al cuidado de un tatuaje recién hecho, tal como cuentan en el blog de Sanitas. Se cubre la zona con un apósito especial que podrás quitarte a las horas, se deben aplicar las cremas correspondientes, así como evitar sudar, recibir sol directamente y la peor de todas: no poder recibir agua caliente (suerte en la ducha si es en la espalda).
Si bien cada vez más clínicas privadas ofrecen el servicio, e incluso ya existen locales que única y exclusivamente se dedican a remover tatuajes, recomendamos que investigues bien antes de hacer tu cita ya que la práctica de este tratamiento no está tan extendida como el arte de hacerlos, siguen siendo tratamientos especializados.
Respecto al precio, en España remover un tatuaje es más caro que hacerlo. El precio oscila entre 100 y 400 euros dependiendo de la zona y el tamaño.
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