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En los últimos años, los viajes y peregrinaciones tradicionales de España han visto sus cifras enormemente mermadas por cuestiones bastante obvias. Pero esto no significa que se hayan perdido ni la pasión, ni la fe, y prueba de ello es la cifra recogida por la Peregrinación anual a Lourdes celebrada este año. A finales del pasado mes de junio, miles de españoles acudieron al santuario francés.
De diferentes puntos del país, y con un enorme amor por la tradición. Una ruta muy antigua, organizada para personas con discapacidad y enfermos que, año tras año, acuden a este destino en el que se llegan a reunir personas de más de 140 países diferentes que pasan varias jornadas viviendo en comunidad, reencontrándose a sí mismos y a su fe. Un viaje enorme que, este año, ha demostrado que su llama sigue más viva que nunca.
Las Peregrinaciones en Auge
En España, algunos de los puntos de salida donde más se ha celebrado este viaje ha sido en Toledo y en Murcia. En la primera localidad, se superaron las 500 personas peregrinas. Mientras que, desde Murcia, la cifra ha rondado el millar. Y son solo dos puntos clave de todos los repartidos por la geografía española. No en vano, este año ya ha sido catalogado como uno de los más grandes en toda la historia de la Peregrinación a Lourdes.
Estas peregrinaciones son famosas por todo el mundo y cada vez más peregrinos viajan a los lugares religiosos de todo el mundo para demostrar su fe. Peregrinaciones a Lourdes son muy populares, sobre todo para los creyentes españoles, y están en auge desde hace unos años, por ello existen agencias de viajes especializadas en peregrinaciones como Haya Peregrinaciones.
Su cometido no es otro que ayudar tanto a las personas que viajan por sí solas como a las organizaciones que tratan de agrupar a peregrinos. Facilitan medios de transporte, actividades, alojamientos y comidas para no dejar ni un cabo suelto y permitir a los protagonistas centrarse en esa pasión que los mueve a viajar. Se complementan, sobre todo, con las organizaciones sin ánimo de lucro, hospitales y demás entidades que promueven esta actividad entre pacientes movidos por la fe.
¿A qué se ha debido el auge de estas peregrinaciones? El gran motor de este crecimiento tan reciente ha sido la liberación tras los dos últimos años. Los confinamientos y las medidas de protección impedían las facilidades para viajar. Sin embargo, la vuelta a la normalidad está permitiendo que se crucen fronteras sin peligro y, sobre todo, está permitiendo que se retomen estas tradiciones tan constructivas para los peregrinos. Tras años sin poder hacerlo, las ganas se han acumulado, explotando en una peregrinación mucho más cuantiosa que de costumbre.
Sobre la Peregrinación a Lourdes
El Santuario de Loudes, ubicado en Francia, es considerado como el primer destino de peregrinación mariana que hay en el mundo. Cuenta la historia que, a mediados del siglo XIX, la joven Santa Bernardita llegó a ver hasta 18 apariciones de la Virgen cuando tenía 14 años. Debido a esto, la voz comenzó a correrse por todas partes y prsonas de todo el mundo empezaron a acudir al lugar en busca del milagro. Poco después, comenzó a levantarse una capilla en el lugar en honor a la virgen.
Esa capilla fue desarrollándose con el paso del tiempo, hasta ser el santuario que es a día de hoy. Su auténtico núcleo está en la Basílica de la Inmaculada Concepción y en la Gruta de las Apariciones, los dos puntos clave donde Bernardita tuvo dichos encuentros, y donde más se concentran los peregrinos que, año tras año, acuden a la localidad de Lourdes en Francia.
Los viajeros que acuden aquí beben de las fuentes donde brotó la Virgen, e incluso se bañan en las piscinas llenadas con esa misma agua. Generalmente, además de eso, encienden velas en unas capillas en las que, según los últimos datos registrados, cada año arden más de 700 toneladas de cera. Aunque uno de los fenómenos más llamativos de estas concentraciones es lo que se conoce como la procesión de antorchas.
¿Qué es exactamente? Es una congregación que se da todas las noches, a las 21:00 en horario local, cuando los fieles procedentes de todas partes del mundo se reúnen en la explanada que hay en el santuario para cantar el Ave María de Lourdes. Durante ese tiempo, la unión de todas las velas conforma una procesión que se puede ver desde la distancia por la enorme cantidad de luz que emite, en compañía de los cantos de todas esas personas reunidas.
Cada año, cerca de 100.000 personas con enfermedades o discapacidades acuden a este santuario para reencontrarse con ellos mismos, para reforzar su fe y para plantar cara a sus dolencias. Una costumbre alimentada por la curación de la parálisis de una mujer en 1858 y que, desde entonces, ha formado parte de las 70 curaciones milagrosas reconocidas por la Iglesia en el lugar.
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