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España es el país que más territorio contribuye a la Red Natura 2000, la mayor red de áreas protegidas del mundo, coordinada por la Comisión Europea.
La Red Natura 2000 es una red ecológica europea compuesta por áreas protegidas designadas según la Directiva Hábitats y la Directiva Aves. Estos espacios tienen como objetivo proteger y conservar la diversidad biológica en Europa, de manera compatible con el desarrollo de los territorios, siempre que no representen una amenaza para las especies y los hábitats por los que se incluyeron en esta figura de protección.
España líder en conservación en la Red Natura 2000
Este instrumento de conservación incluye más de 27.000 espacios de alto valor ecológico, de los cuales más de 2.130 se encuentran en España, según informó este martes SEO/BirdLife en el marco del décimo Día Europeo de la Red Natura 2000. Esta iniciativa, promovida por esta ONG y la Agencia EFE, se ha convertido desde 2017 en un evento oficial celebrado anualmente por los países de la UE.
España contribuye con 1.468 Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y 662 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), abarcando más de 220.000 kilómetros cuadrados. De estos, cerca de 138.000 son áreas terrestres, lo que representa aproximadamente el 27 % del territorio nacional.
Los desafíos ambientales
Según el último informe de evaluación del estado de la Red Natura 2000 de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), los hábitats y especies en estos espacios en España enfrentan presiones y amenazas principalmente debido a prácticas agrícolas, urbanismo, silvicultura y especies exóticas invasoras.
Los espacios protegidos que forman parte de la Red Natura 2000 se distinguen de otras categorías de áreas protegidas debido a que permiten la realización de actividades humanas. Esto significa que, a diferencia de otras figuras de protección más restrictivas, en estos espacios se pueden llevar a cabo diversas actividades siempre y cuando no comprometan la conservación de los valores naturales que motivaron su protección.
El equilibrio entre la conservación y el desarrollo
Esta red busca equilibrar la protección del medio ambiente con el desarrollo humano, asegurando que las acciones y usos permitidos no pongan en riesgo los elementos naturales y la biodiversidad que se pretende preservar.
Este modelo fomenta la integración de la conservación de la naturaleza con el bienestar de los ciudadanos y el crecimiento económico en su conjunto. En lugar de ser un obstáculo para el desarrollo socioeconómico de las regiones, este enfoque proporciona nuevas oportunidades para el desarrollo de actividades productivas tradicionales, así como para iniciativas recreativas y turísticas. Al promover la conservación ambiental, se generan beneficios tangibles para las comunidades locales, como la creación de empleos en el ecoturismo y en la gestión sostenible de recursos naturales. Además, se impulsa el desarrollo de infraestructuras verdes y se fomenta la innovación en prácticas agrícolas y pesqueras sostenibles.
En la actualidad, el 86 % de los espacios protegidos de la Red Natura 2000 cuenta con un plan de gestión, el cual se supone debería conducir a una mejora en el estado de conservación de los hábitats y especies. Sin embargo, según SEO/BirdLife, "en general, la falta de recursos para su implementación efectiva está siendo un obstáculo".
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