
Lectura fácil
Hoy en día, la exposición de los niños en las redes sociales es una práctica común entre los padres. De acuerdo con estudios recientes, nueve de cada diez padres comparten imágenes de sus hijos menores al menos una vez al mes en plataformas digitales. Este fenómeno, conocido como “sharenting”, genera preocupaciones debido a sus posibles efectos negativos sobre la salud mental y la autoestima de los menores.
¿Qué es el 'sharenting'?
El “sharenting” se refiere a la práctica de los padres de compartir fotos y videos de sus hijos en redes sociales. En Europa, la cifra alcanza al 75 % de los padres que lo hacen, y un tercio de ellos lo hace antes de que los niños lleguen a los seis meses de edad.
Aunque compartir momentos de felicidad familiar es algo natural, esta práctica tiene implicaciones más profundas cuando los niños crecen y se hacen conscientes de su imagen pública, que a menudo se proyecta sin su consentimiento.
El doctor Luis Rojo Bofill, psiquiatra del Hospital La Fe y profesor de la Universidad de Valencia, ha señalado que, aunque no existen estudios científicos definitivos que demuestren el impacto directo del “sharenting”, sí hay señales que indican que los niños que han sido expuestos de manera constante a las redes sociales pueden sufrir efectos negativos en su salud mental.
Las emociones y la exposición pública en redes sociales
El impacto emocional de las imágenes compartidas también es un aspecto crítico. El psiquiatra alerta sobre la publicación de imágenes en las que los niños muestran emociones negativas, como tristeza o miedo. Estas situaciones pueden enseñarle al niño que sus emociones, especialmente las desagradables, son dignas de ser expuestas públicamente.
Esto podría tener consecuencias a largo plazo, ya que los menores aprenderían que expresar sus emociones podría ser una forma de obtener atención, lo que puede llevar a problemas emocionales en la adolescencia.
La presión por la imagen perfecta
La constante exposición en redes sociales también puede generar una presión sobre los niños para que mantengan una imagen perfecta. Si los padres buscan la aprobación de sus seguidores mediante fotos que muestran a sus hijos luciendo bien, esto puede influir negativamente en la autoestima de los menores.
Esta presión puede llevar a los niños a tener una relación distorsionada con su imagen corporal y desarrollar problemas como trastornos alimentarios o baja autoestima.
Riesgos a largo plazo: acoso y problemas de privacidad
Además de los efectos emocionales, el 'sharenting' puede tener consecuencias a largo plazo. La exposición constante de los niños en redes sociales puede hacerlos más vulnerables al acoso escolar o ciberacoso.
A medida que los niños crecen, se dan cuenta de que su imagen pública ya ha sido definida por sus padres, lo que podría generar conflictos con su identidad personal. Asimismo, la publicación de fotos en redes sociales puede poner en riesgo la privacidad de los menores, ya que una vez que las imágenes están en internet, es difícil controlarlas.
Añadir nuevo comentario