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Desde el 1 de enero de 2025, todos los países de la UE deben contar con sistemas para la recogida selectiva de textiles, destinados a su reutilización o reciclaje, según la Directiva Marco de Residuos. Actualmente, solo el 28 % de la ropa y el calzado usados se recogen de forma separada, mientras la mayoría termina mezclada con otros residuos. La Agencia Europea de Medio Ambiente insta a mejorar la clasificación y reciclaje para promover un uso más sostenible de la ropa usada.
Los países de la Unión Europea, obligados a sistemas de recogida selectiva de textiles
Desde el 1 de enero de 2025, todos los países de la Unión Europea están obligados a contar con sistemas de recogida selectiva de textiles para su reutilización o reciclaje, según lo establece la Directiva Marco de Residuos. Esta medida busca reducir el impacto ambiental de los residuos textiles y fomentar una economía circular.
Actualmente, solo el 28 % de la ropa usada y el calzado en la UE se recogen de forma separada, mientras que la mayoría termina mezclada con otros desechos, dificultando su reciclaje. La Agencia Europea de Medio Ambiente ha alertado sobre la necesidad de aumentar la capacidad de clasificación y reciclaje para aprovechar mejor los textiles usados.
En 2020, cada ciudadano europeo generó alrededor de 16 kilos de residuos textiles, pero solo 4,4 kilos se recogieron de manera selectiva. Además, el 82 % de esta ropa usada proviene de los consumidores, mientras que el resto corresponde a excedentes de producción o productos no vendidos.
Para mejorar esta situación, la Comisión Europea ha propuesto ampliar la responsabilidad de los productores de textiles, obligándolos a hacerse cargo del ciclo completo de vida de sus productos, desde el diseño hasta la gestión de residuos.
Aunque muchos países de la UE ya tienen sistemas de recogida, estos suelen centrarse en captar textiles reutilizables, por lo que es necesario reforzar el reciclaje y la sostenibilidad en toda la cadena de producción y consumo.
La mayoría de la ropa usada en España no recibe una segunda vida
Un estudio llevado a cabo por Greenpeace ha revelado que la mayoría de la ropa usada en España no recibe una segunda vida en el país, sino que es exportada a África y Asia, tras recorrer una media de 9.000 kilómetros.
Para este análisis, Greenpeace utilizó dispositivos de seguimiento en 29 prendas recogidas en diversos contenedores de recogida selectiva en España durante el verano de 2023.
De las prendas monitoreadas, 23 proporcionaron datos concluyentes, los cuales mostraron que, en más de 15 meses de seguimiento, su viaje no se detuvo, recorriendo en total más de 205.000 kilómetros, lo que equivale a dar cinco vueltas al mundo.
Este estudio confirma que, lejos de ser reutilizada dentro de España, la mayoría de la ropa depositada en los contenedores de recogida selectiva es exportada a países del sur global, especialmente en África y Asia.
Repartición entre otros países
En noviembre de 2023, los primeros datos de geolocalización ya indicaban que las prendas comenzaban a dispersarse por todo el mundo. Un año después, el 92 % de las prendas seguían fuera de España, distribuidas en países como Emiratos Árabes Unidos, Pakistán, Marruecos, India, Egipto, Camerún, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Rumania y Chile.
Según datos de la Agencia Tributaria, el 92% de los residuos textiles exportados por España en 2023 correspondieron a ropa usada, alcanzando un total de 129.705 toneladas.
Este fenómeno pone de manifiesto cómo gran parte de los esfuerzos de reciclaje y recogida selectiva en España no se traducen en una reutilización local de la ropa usada, sino que, en su lugar, se exporta a otros continentes.
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