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Fráncfort (Alemania), 14 mar (EFE).- La compañía alemana de suministro energético RWE tuvo en 2018 un beneficio neto atribuido de 335 millones de euros, un 82,4 % menos, tras la caída de los precios mayoristas de electricidad y los costes del programa de eficiencia en la generación convencional de electricidad.
RWE informó hoy de que la facturación bajó el pasado ejercicio un 3 %, hasta 13.529 millones de euros.
El consejero delegado de RWE, Rolf Martin Schmitz, dijo que el negocio operativo marcha según los planes y que su base financiera es buena.
La dirección y el consejo de supervisión propondrán en la próxima junta general de accionistas el reparto de un dividendo de 0,70 euros por acción por el 2018 (1,50 euros por el 2017) y han establecido un dividendo de 0,80 euros por el 2019.
Todos los aspectos de la adquisición de Innogy marchan según el calendario establecido.
Schmitz consideró que la transacción con E.on va bien y que quieren cerrarla en la segunda mitad del año.
La CE y las autoridades alemanas de defensa de la competencia han aprobado a finales de febrero la parte de la transacción de RWE sin condiciones, que adquiere un 16,7 % en E.on.
En la segunda mitad del año se traspasarán las participaciones minoritarias de E.on en las centrales de Emsland y Gundremmingen, que son gestionadas por RWE, el negocio de almacenamiento de gas de Innogy y su participación en la austríaca Kelag.
E.on quiere adquirir Innogy, que era la división de renovables y redes de RWE, y su consejero delegado, Johannes Teyssen también dijo ayer que confían en poder obtener la autorización necesaria de la Comisión Europea (CE) en la segunda mitad del año.
La CE ha iniciado recientemente una investigación en profundidad de la compleja transacción porque temen una posición de mercado demasiado fuerte en algunos países e incrementos de precios en la electricidad por lo que podrían exigir desinversiones para autorizar la adquisición.
Tras la integración de Innogy ambas empresas se llamarán E.on.
E.on se hará con el negocio de redes y venta de electricidad de Innogy y RWE se quedará con el de renovables de ambas compañías.
El beneficio operativo bruto antes de extraordinarios de RWE en el segmento de carbón y energía atómica se redujo casi a la mitad (356 millones de euros) por la caída de los precios mayoristas y una menor generación de electricidad tras el apagón del Bloque B de la central Gundremmingen.
RWE destaca que este año se ha producido una pequeña subida de los precios de la electricidad, pero prevé costes por la prohibición judicial de la tala del bosque de Hambach, en el que RWE quería explotar una mina a cielo abierto de lignito, y por la caída de ingresos en el mercado británico.
El beneficio operativo bruto antes de extraordinarios se situará en 2019 entre 1.200 y 1.500 millones de euros, en 2018 fue de 1.500 millones y en 2017 de 2.100 millones.
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