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Las personas solemos medir a las demás a primera vista. En apenas unos segundos, creamos una primera impresión que podría durar toda la vida. Pero, ¿qué es lo que evaluamos exactamente?
La profesora de la Escuela de Negocios de Harvard, Amy Cuddy, ha estado estudiando las primeras impresiones junto a sus colegas psicólogos Susan Fiske y Peter Glick durante más de 15 años, y ha descubierto patrones en estas interacciones.
Dos preguntas resumen a una persona
En su nuevo libro, "Presencia", Cuddy dice que la gente responde rápidamente a dos preguntas cuando te conocen:
¿Puedo confiar en esta persona?
¿Puedo respetar a esta persona?
Los psicólogos se refieren a estas dimensiones como calidez y competencia, respectivamente, e idealmente usted quiere que se le perciba como que tiene ambas.
Curiosamente, Cuddy dice que la mayoría de la gente, especialmente en un contexto profesional, cree que la competencia es el factor más importante. Después de todo, quieren demostrar que son lo suficientemente inteligentes y talentosos para manejar su negocio.
Pero de hecho, la calidez, o la confianza, es el factor más importante en la forma en que la gente lo evalúa.
Una perspectiva evolutiva
"Desde una perspectiva evolutiva", dice Cuddy, "es más crucial para nuestra supervivencia saber si una persona merece nuestra confianza".
Tiene sentido cuando se considera que en los días de los cavernícolas era más importante averiguar si tu prójimo iba a matarte y a robarte todas tus posesiones que si era lo suficientemente competente como para hacer un buen fuego.
Pero mientras que la competencia es altamente valorada, Cuddy dice que se evalúa sólo después de que se establece la confianza. Y concentrarse demasiado en mostrar su fuerza puede ser contraproducente.
Un consejo para los jóvenes profesionales
Cuddy dice que los becarios de los programas de MBA a menudo están tan preocupados por parecer tan inteligentes y competentes que les puede llevar a saltarse eventos sociales, no a pedir ayuda y, en general, parecer inaccesibles.
Estas personas con grandes logros se van a despertar cuando no reciban una oferta de trabajo porque nadie llegó a conocerlos y a confiar en ellos como personas.
Cuddy dice: si alguien a quien estás tratando de influenciar no confía en ti, no vas a llegar muy lejos; de hecho, es posible que hasta despiertes sospechas porque pareces manipulador. Una persona cálida y digna de confianza que también es fuerte suscita admiración, pero sólo después de haber establecido la confianza, su fuerza se convierte en un regalo y no en una amenaza.
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