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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha garantizado este pasado fin de semana que la respuesta a la crisis derivada de la pandemia del coronavirus "no será la precariedad" y ha remarcado que el Ejecutivo seguirá impulsando la justicia social y trabajando para acabar con la pobreza.
Crece la brecha de la vulnerabilidad y la injusticia
"La crisis derivada de la pandemia ha ensanchado la brecha de la vulnerabilidad y la injusticia. Pero la respuesta esta vez no será la precariedad", ha asegurado el presidente este pasado 17 de octubre, Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, a través de su cuenta de Twitter.
Así, frente a la precariedad, Sánchez ha remarcado que su Ejecutivo seguirá impulsando la justicia social y trabajando para acabar con la pobreza para que "los niños y niñas crezcan en dignidad", como podemos leer en su tuit.
La justicia social hace alusión y se enfoca generalmente a la repartición justa y equitativa de los bienes y servicios básicos necesarios para el desarrollo y el desenvolvimiento de una persona en la sociedad como, por ejemplo, el bienestar socioafectivo, la educación, la salud y los Derechos Humanos.
Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza
La pandemia del Covid-19 conlleva una crisis económica y social que está teniendo graves efectos, no solo en las personas en riesgo de pobreza o exclusión social, y que no podemos obviar con motivo de la celebración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Personas y hogares que, por su perfil, tradicionalmente no se encontrarían en esta situación, se están viendo afectados negativamente con pérdidas de rentas e ingresos.
Los últimos datos publicados (2019) proyectaban una situación social y económica bastante preocupante, en la que se encontraban millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social.
El 20,7 % de la población estaba ya en riesgo de pobreza o exclusión social en 2019
1 de cada 6 hogares españoles (1 7%) tenían unos ingresos mensuales menores a 1.000 euros y el 20,7 % de la población continuaba en riesgo de pobreza o exclusión social. Cerca del 4 % de los hogares no podían permitirse una alimentación adecuada ni el 7,6 % de los mismos podía mantener su vivienda a una temperatura adecuada. Sin olvidar la alarmante la situación de 2,46 millones de niñas y niños en riesgo de pobreza y exclusión social.
Está claro que no se ha cumplido el objetivo fijado en la Estrategia 2020 de luchar contra la pobreza y la exclusión social reduciendo el número de personas que viven por debajo del umbral de pobreza. Incluso el Relator especial de la ONU para la pobreza extrema, en su informe final, puso de manifiesto que nuestros programas de protección social son insuficientes y dejan fuera del sistema a personas en situación de pobreza, según reconoce el sindicato UGT.
España es el sexto país más desigual de Europa, con un 26,1 % de personas en riesgo de pobreza y exclusión, a lo que tenemos que unir la progresiva pérdida de cobertura de los servicios públicos y el deterioro de nuestro estado de bienestar. Las consecuencias de la Covid-19 pueden ser devastadoras sin los instrumentos adecuados, con graves efectos tanto a medio como a largo plazo.
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