Aumenta la venta de cremas para la sarna en estos últimos 10 años

La sarna, también conocida como escabiosis, es una enfermedad antigua que ha afectado a la humanidad durante siglos. Fue en 1687 cuando un médico italiano llamado Giovanni Cosimo Bonomo identificó el parásito responsable, Sarcoptes scabiei. A pesar de los avances médicos, sigue siendo un problema en la actualidad, y los dermatólogos han observado un aumento en los casos de la enfermedad en Europa en la última década.

Tendencia al alza: El resurgimiento de la sarna en Europa

La sarna, conocida como escabiosis, es una enfermedad que ha estado presente en la conciencia popular a lo largo de la historia, incluso a través del dicho "sarna con gusto no pica". Sin embargo, su comprensión científica se consolidó en 1687 cuando el médico italiano Giovanni Cosimo Bonomo identificó al parásito responsable, Sarcoptes scabiei.

A pesar de los avances médicos, esta enfermedad sigue siendo un problema actual, y los dermatólogos han notado un aumento en los casos de esta enfermedad en Europa durante la última década. Según Cristina Galván, vicepresidenta de la Alianza Internacional para el Control de la Escabiosis (IACS), esta tendencia puede deberse a dos factores principales.

En primer lugar, el envejecimiento de la población contribuye a la propagación de la enfermedad, ya que las personas mayores tienen sistemas inmunológicos más débiles y son más propensas a la infestación por el ácaro de la sarna. En segundo lugar, los movimientos de población que han ocurrido en Europa en los últimos años han creado condiciones de convivencia inadecuadas, lo que facilita la transmisión de la enfermedad.

Cristina Galván también ha liderado un estudio reciente sobre la escabiosis en España, el cual revela que la forma típica de la enfermedad es la más diagnosticada en el país. No hay diferencias de género en la incidencia, pero la enfermedad afecta principalmente a pacientes jóvenes, a pesar de que se encuentra en diversas edades.

Desafíos y tendencias en España

En el estudio se ha observado que muchos pacientes previamente tratados no logran resolver su problema, aunque algunos no siguieron el tratamiento adecuadamente.

Evaluar la efectividad de los tratamientos en un laboratorio es complicado, ya que el ácaro solo puede vivir en la piel humana. Aunque se sospecha que los medicamentos pueden haber perdido eficacia, no hay pruebas formales que lo confirmen.

Determinar las cifras reales de casos en España es un desafío debido a la falta de datos oficiales. Aunque hay indicios de un aumento en la incidencia, como el aumento en las ventas de cremas de tratamiento, no existen cifras precisas.

Las ventas de cremas de permetrina, un tratamiento común para la sarna, han aumentado significativamente en la última década, con un aumento desde 2012.

Un problema que persiste y que impacta a nivel global

A nivel mundial, se estima que hay alrededor de 200 millones de casos y 455 millones de personas se infectan cada año, según modelos matemáticos. La dificultad para erradicar esta enfermedad se debe a varios factores, como el comportamiento silencioso del ácaro que la causa. Los síntomas pueden tardar semanas en aparecer, lo que retrasa la búsqueda de atención médica y precauciones para evitar la propagación.

La percepción de que es una enfermedad del pasado y su estigmatización también contribuyen a su persistencia. La enfermedad puede afectar a personas de cualquier origen, edad o género, y no está limitada a entornos insalubres.

En cuanto a su transmisión, ocurre por contacto directo y prolongado de piel a piel, lo que la hace más común en entornos de convivencia cercana. Durante la pandemia de COVID-19, se observó un aumento en los casos debido al confinamiento y la proximidad entre las personas.

La falta de inversión en investigación y desarrollo de medicamentos es un problema, ya que afecta principalmente a poblaciones desfavorecidas y no genera beneficios económicos significativos. La sarna sin tratar puede llevar a infecciones bacterianas secundarias y problemas de salud graves, como desnutrición, insuficiencia renal y cardíaca, además de un picor insoportable que afecta la calidad de vida y la salud mental de quienes la padecen.