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El coronavirus hace que India viva una situación desesperada. Manos Unidas ha difundido un comunicado en el que afirma que sus socios locales, que también están sufriendo en primera persona los trágicos efectos de esta nueva variante del virus, informan de hospitales totalmente desbordados y de enfermos que se acumulan a la entrada de los centros hospitalarios a la espera de que se ‘libere’ una cama.
Por otra parte, pese a su capacidad para producir fármacos —India es el mayor fabricante de vacunas del mundo— hasta ahora apenas han sido administradas un número de dosis equivalente al 10 % de la población.
Urge enviar ayuda para atender a los enfermos en el gigante asiático, y acelerar la vacunación en todos los países en vías de desarrollo.
Numerosos países se han movilizado para enviar material sanitario, pero la situación es tan dramática que cada día que se tarde en organizar las entregas cuesta miles de vidas.
El descontrol en el que ha entrado la pandemia en ese país es una amenaza para la población que solo la ayuda exterior puede mitigar
Cientos de miles de personas se suman a las listas diarias de afectados y el número de muertos no cesa de aumentar, hasta el punto de que en algunas ciudades las calles se han convertido en crematorios al aire libre en los que cada día se queman miles de cuerpos.
Manos Unidas subraya que “la principal razón del incremento de casos radica en el desconocimiento, en las arraigadas creencias religiosas y en las celebraciones”, además de “la inadecuada respuesta médica para frenar la propagación del virus”.
La imprudente relajación de las restricciones ha provocado un estallido del coronavirus y los contagios crecen ahora exponencialmente
El padre Tiju Mankottil, director de los Servicios Sociales del CMI (Congregación de los Carmelitas de María Inmaculada) en el estado de Chattisgarh, uno de los más afectados por la segunda ola de la pandemia en India, alerta de lo que puede suceder cuando el virus llegue a las zonas rurales donde la cobertura sanitaria es casi inexistente: “Dado que las dos terceras partes de la población india habita en zonas rurales, la batalla para hacer frente a la pandemia se presenta allí muy complicada”.
Para el padre Tiju Mankottil, la segunda ola de coronavirus está golpeando la zona tribal aún más que la primera y se ha convertido en la principal causa de preocupación entre la población “no solo por el riesgo de para la salud y para la vida, sino igualmente, o quizás más, por la pérdida de medios de subsistencia a gran escala”, indica.
La responsabilidad de las autoridades indias es evidente y deberán rendir cuentas, pero ahora lo fundamental es paliar el sufrimiento.
La OMS ha alertado de que la variante del virus que se expande por India podría ser más infectiva y presentar resistencias a las vacunas. Aunque este extremo está pendiente de confirmación, es evidente que mientras el coronavirus siga circulando con esta intensidad tendrá la oportunidad de desarrollar cepas resistentes a las vacunas disponibles. La inequidad en la vacunación es ahora mismo el principal aliado de la enfermedad.
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