¿Es segura el agua del grifo en España? Descubre su calidad y beneficios

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21/01/2025 - 09:30
Persona llenando un vaso con agua del grifo

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Mantener un estilo de vida saludable requiere cuidar múltiples aspectos del día a día: realizar ejercicio regularmente, dormir al menos ocho horas, optar por una alimentación equilibrada y consumir alrededor de dos litros de agua diarios. Este último hábito, relacionado con la hidratación, es esencial para el bienestar general. Sin embargo, una pregunta recurrente es si el agua del grifo es una opción segura para beber en España.

Ciudades con la mejor calidad de agua del grifo en España

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), una parte considerable de la población, el 41% de los españoles, evita consumir el agua del grifo en sus hogares.

Este fenómeno tiene raíces históricas. Durante décadas, hubo áreas en las que la calidad del agua era insuficiente, lo que generó desconfianza en su consumo. No obstante, este panorama ha cambiado considerablemente en los últimos años, ya que actualmente el 99,5% del agua de grifo en España cumple con los estándares de calidad establecidos por la Unión Europea, siendo apta para el consumo humano.

Un estudio reciente llevado a cabo por la OCU examinó la calidad del agua del grifo en más de 60 localidades españolas. El análisis evaluó aspectos como los niveles de cloro, la presencia de contaminantes y las propiedades organolépticas (olor, color y sabor). Los resultados mostraron que 19 localidades cuentan con agua de excelente calidad, mientras que en otras 36 la evaluación fue positiva.

Entre las ciudades con mejor agua destacan Burgos, Vigo, San Sebastián, Madrid y Las Palmas. Por ejemplo, en Burgos, el agua es de baja mineralización, lo que la hace saludable y agradable al paladar, además de carecer de contaminantes. En San Sebastián, el agua presenta características similares, lo que garantiza su buen sabor y pureza.

La evolución histórica de la calidad del agua en España

Históricamente, antes de que España ingresara a la Unión Europea en 1986, muchas ciudades no disponían de sistemas avanzados de filtración o vigilancia del agua. Esto afectaba especialmente a localidades costeras como Barcelona, Málaga o Cádiz, donde la recomendación de no beber agua del grifo era común. Este problema se intensificó con el auge del turismo durante los años 60, 70 y 80, lo que consolidó la preferencia por el agua embotellada. Con el tiempo, el mayor poder adquisitivo de la población también contribuyó a que esta opción se popularizara.

No obstante, la situación cambió drásticamente entre 1986 y 2008, cuando España recibió importantes fondos europeos, alrededor de 21.000 millones de euros, destinados a modernizar las infraestructuras hidráulicas. Gracias a estas inversiones, el país se ha convertido en un referente en la gestión del agua, con sistemas modernos de filtración y tratamiento de aguas residuales. Hoy, gran parte de las ciudades españolas disfruta de agua potable segura y de buena calidad.

A pesar de estos avances, todavía persisten ciertas desigualdades regionales. Por ejemplo, localidades como Ciudad Real, Palma de Mallorca y Barcelona presentan una calidad del agua inferior a la media nacional. Sin embargo, salvo situaciones excepcionales en las que las autoridades advierten sobre problemas específicos, el agua del grifo en España es segura para el consumo.

Esto demuestra que, más allá de mitos o prejuicios, el agua del grifo es una alternativa viable, sostenible y económica para mantener una adecuada hidratación diaria.

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