Lectura fácil
Los toros de la ganadería gaditana Núñez del Cuvillo han protagonizado el sexto encierro de los Sanfermines este 2019.
El encierro más emocionante de este año
Múltiples caídas de corredores y también varios tropezones de los morlacos. Estos astados, que cumplen una década desde su debut en Pamplona, se caracterizan por protagonizar escenas de todo tipo: desde encierros limpios hasta totalmente escalofriantes con caídas encima de mozos, cornadas y recorridos a toda velocidad.
Estos toros llegan en mitad de un clima de tensión protagonizado por los corredores indignados que este jueves realizaron una sentada para protestar contra la velocidad de los cabestros, que dificulta las carreras con los toros, y el líquido antideslizante, que según dicen resta emoción a los encierros.
La manada se ha partido en la calle Estafeta
Los astados, procedentes de Vejer de la Frontera, que han corrido este sexto encierro son algo menos pesados que los de las jornadas anteriores y tienen capas más variadas. En concreto, su peso oscila entre los 498 kilos de Pregonero y los 560 kilos de Rosito, con pelajes que van desde el negro, el jabonero, el castaño hasta el colorado.
Este viernes por la tarde, serán lidiados a partir de las seis y media de la tarde, por los diestros Miguel Ángel Perera y Cayetano, mientras que el matador Andrés Roca Rey, que estaba anunciado para este viernes, al final es baja tras resentirse de su lesión en un hombro, y le sustituye Antonio Ferrera.
Con el encierro de este viernes, es la décima vez que los morlacos de Joaquín Núñez del Cuvillo participan en la feria de Pamplona. En las ediciones anteriores, la mitad de las carreras fueran limpias y la otra mitad dejaron 10 corneados, aunque ninguno el año pasado.
En 2018, hicieron un encierro rápido, de 2 minutos y 50 segundos, limpio y sin percances por asta de toro. Tan solo un toro se quedó rezagado y después en la plaza costó trabajo meterle en los corrales.
Añadir nuevo comentario