El sistema universitario no da respuesta a las necesidades de apoyo del alumnado con autismo

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27/04/2021 - 17:00
Niño frente a una pizarra de escuela /  Pixabay

Lectura fácil

Autismo España ha presentado el estudio ‘La educación universitaria para estudiantes con trastorno del espectro del autismo. Una visión desde los servicios de apoyo a estudiantes con discapacidad’.

Este informe refleja que el alumnado con trastorno del espectro del autismo (TEA) registra altos índices de abandono al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria, lo que se traduce en una escasa presencia de este alumnado en el sistema universitario.

Es por ello que se necesitan impulsar programas en la ESO y el Bachillerato que incorporen las necesidades de adolescentes y jóvenes con TEA y que les capaciten para afrontar el acceso al entorno universitario.

La llegada al sistema universitario de personas con autismo es una realidad todavía minoritaria en nuestro país

El informe señala que existe escasa información acerca de las necesidades del alumnado universitario con TEA y sobre cómo organizar y facilitar los apoyos que precisan para lograr el éxito académico y social durante esta etapa formativa.

En este sentido, se apunta que las adaptaciones curriculares personalizadas (por ejemplo, ajustes en los sistemas de evaluación, más tiempo, preguntas tipo test sin doble sentido, etc.) son una herramienta fundamental para conseguir una buena experiencia universitaria.

Sin embargo, en ocasiones, el alumnado con autismo no accede a ellas, bien porque prefiere no revelar que presenta este trastorno o bien porque el profesorado no reconoce o identifica dicha discapacidad.

El estudio incide en que es fundamental potenciar la sensibilización de la comunidad educativa universitaria, no solo del profesorado, sino también del resto del alumnado, con el fin de que los compañeros y compañeras de estudios se conviertan en apoyos naturales para los y las estudiantes con TEA.

Necesidades del alumnado con autismo

Las personas con TEA que acceden a la educación superior presentan dificultades tanto académicas, como sociales (interacción y apoyo social, cooperación y trabajo en grupo, resolución de conflictos), de autodeterminación (incertidumbre sobre el futuro, habilidades para la vida independiente, etc.) y de autorregulación (regulación de las emociones, manejo del estrés, etc.)

Todos estos aspectos pueden repercutir en su éxito académico, en su participación social dentro de la universidad y en su bienestar personal.

En este momento, nace un bebé con autismo de cada cien partos en España. El problema grande lo vamos a tener dentro de 8 y 10 años en el instituto y universidades porque los formadores no están preparados para tratar con ellos y un niño autista está perfectamente cualificado para estudiar en la universidad.

El sistema universitario debería prepararse adecuadamente para acoger y atender a estudiantes con autismo u otra discapacidad garantizando una completa igualdad de oportunidades respecto a sus compañeros (sin y con discapacidad), y facilitando su plena integración académica y social.

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