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Ciudadanos reconoce que sus siglas están muy tocadas y que tiene "un problema de marca". Confía en la convención nacional que celebrará esta formación en julio para reflotarla con una mayor apuesta por lo liberal y dejar un poco en segundo plano la idea de centro.
La formación de Inés Arrimadas, según fuentes de la dirección del partido, retomará en esta fase final de la pandemia el proceso interno de participación que concluirá en esta convención, donde Ciudadanos elaborará su hoja de ruta política para los próximos años.
En concreto, se trata de desarrollar los planes que aprobó la Asamblea General hace un año y que por la pandemia todavía no se habían podido poner en marcha. Estos proyectos tienen que ver con la visita a todos los territorios o la puesta en marcha de nuevos canales de participación, entre otros compromisos.
Ciudadanos podría no volver a llamarse así en un futuro
Asimismo, entre las propuestas dentro del propio partido está barajar dar una vuelta al nombre del partido, la mayoría cree que no sería bueno porque podría suponer “ahondar un poco en la idea de que son veletas”.
Estas fuentes aseguran que uno de los objetivos de este partido es que la gente “tenga claro qué es Ciudadanos”. En este sentido, admiten que sobre Vox la gente sabe qué son porque hablan “muy claro” y se entiende lo que quieren transmitir.
Esto, añaden, es lo que pasaba en Ciudadanos en sus orígenes y quieren volver a eso, a que se entienda claramente qué son, por qué apuesta este partido.
Eso es lo que pretende reflejar en esa hoja de ruta, en ese documento en el que marcarán las líneas de los objetivos y la esencia de la formación política.
Desde la formación abren el proceso a las bases de toda España, porque, a su juicio, hay que trabajar “juntos, con humildad, pero también con mucha decisión e ilusión”.
La finalidad del proceso, señalan, es poner en el centro las ideas, los problemas reales de los habitantes españoles y un programa solvente para darles solución.
La formación política está en periodo de reflexión
A pesar de ello, esta Ciudadanos todavía no tiene nada claro y están en plena reflexión interna en el partido, sobre todo tras las elecciones madrileñas del pasado 4 de mayo.
El 4-M fue un debacle para los de Arrimadas, pues no consiguieron mantener la representación en la Asamblea de Madrid tras perder más de 500.000 votos y los 26 escaños que consiguieron en los comicios de 2019.
Ciudadanos cree que no es comparable lo que ha pasado en Madrid con ningún otro territorio, en relación con la victoria del PP con 30 escaños más que en 2019, porque el líder de este partido, Pablo Casado, no es la presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, “por mucho que se le arrime en el balcón de Génova para que se le pegue algo”, apostillan las fuentes de la formación.
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