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Un 21 % de los ríos situados al norte de América, Asia y Europa alteran su flujo estacional de caudal debido al cambio climático (es decir, ganan o pierden agua), lo que supone una amenaza para la seguridad hídrica y los ecosistemas.
Esa es la conclusión principal de un estudio realizado por investigadores de instituciones de China, Reino Unido o Suiza, y publicado este jueves en la revista ‘Science’.
Los investigadores usaron reconstrucciones basadas en datos y simulaciones de última generación para mostrar que ahora es mucho menos probable que el caudal de los ríos varíe con las estaciones más ahora que antes, y que esto podría estar directamente relacionado con cambios en el clima causado por la actividad humana.
Los ríos se ven afectados por el cambio climático y las acciones de los humanos
Hasta ahora, la evidencia que sugiere que el cambio climático ha tenido un impacto en la estacionalidad del flujo de estos ecosistemas fluviales, que se ha limitado a estudios locales o no ha considerado explícitamente el impacto del calentamiento global provocado por los humanos.
Por primera vez, un estudio excluye las intervenciones humanas directas, como la gestión de embalses o la extracción de agua, para demostrar que la reducción generalizada de la estacionalidad del caudal de los ríos fue impulsada por el cambio climático.
Las actividades humanas alteran los patrones de flujo de los ríos en todo el mundo, tanto directamente a través de regulaciones de flujo como los embalses, como indirectamente con el cambio en el uso de la tierra y los impactos del cambio climático en la temperatura del aire, las precipitaciones, la humedad del suelo y el deshielo.
Más de dos tercios de los ríos del mundo ya han sido alterados por los humanos, incluso sin considerar los impactos indirectos del aumento de los gases de efecto invernadero y los aerosoles.
La estacionalidad del caudal de los ríos desempeña un papel fundamental en el ciclo previsto de inundaciones y sequías. Un debilitamiento de estos picos y valles puede amenazar la seguridad hídrica y la biodiversidad de agua dulce. Por ejemplo, una porción sustancial del agua de deshielo temprana proveniente del agotamiento de la capa de nieve puede fluir rápidamente hacia los océanos y, por lo tanto, no estar disponible para uso humano.
Un acelerón necesario para la adaptación climática con el fin de salvaguardar los ecosistemas de agua dulce
“Los altibajos del caudal de los ríos durante las diferentes estaciones proporcionan señales vitales para las especies que viven en el agua. Por ejemplo, muchos peces utilizan aumentos particulares en el agua como señal para correr hacia sus áreas de reproducción río arriba o hacia el mar. Si no tienen esas señales, no podrán desovar”, indica Megan Klaar, de la Facultad de Geografía de la Universidad de Leeds.
La investigación concluye que es necesario acelerar los esfuerzos de adaptación climática para salvaguardar los ecosistemas de agua dulce mediante la gestión de los flujos para intentar recrear algunos de los sistemas y procesos naturales que se están perdiendo.
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