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El glaciar más grande del Pirineo, el de Monte Perdido ya se ha partido en dos a causa de las olas de calor que han afectado al país.
Situado a unos 3.000 metros de altura en el Parque Natural de Ordesa, ya ha experimentando una pérdida de espesor de 3,8 metros de hielo y registra punto de hasta 8,1 metros de merma máxima.
Los datos de este estudio las han dado equipos especializados del Instituto Pirenaico de Ecología y de las universidades de Zaragoza y del País Vasco, contando con la financiación del Gobierno de Aragón.
El Glaciar de Monte Perdido vive los peores pronósticos del deshielo
Es así como lo demuestran las investigaciones y que dieron a conocer el pasado domingo por el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, reflejando pérdidas de masa de hielo impactantes.
Para conocer estos datos desoladores del glaciar de Monte Perdido, los expertos utilizaron tecnologías avanzadas como láser escáner terrestre y fotogrametría.
Gracias a estas técnicas, "se ha podido obtener una cartografía de alta resolución de la superficie, constatando cambios muy importantes desde 2011, año en que se iniciaron estas mediciones", según ha explicado el Parque Nacional.
Así durante septiembre la ciencia se encargó de comprobar la separación del glaciar, lo que supone un disminución bastante importante de la superficie total.
El informe refleja que "el cuerpo oriental es el único que sigue mostrando características propias de un glaciar, pues cuenta con una zona de acumulación, grietas y movimiento de hielo. No obstante, a pesar de ello, su situación es precaria y en continuo retroceso". El cuerpo occidental y el superior, aunque éste conserva mínimas zonas de acumulación, están en "franco retroceso".
Los datos constatan que "la evolución del glaciar responde a lo ocurrido en todos los glaciares pirenaicos" y, no solo eso, sino que ya son dos años seguidos en los que se registra una alta tasa de pérdida de hielo.
El caso es aún más alarmante, pues los datos prevén como podría ser su final en una o dos décadas, para convertirse en heleros. Asimismo el estudio concluye que "una vez más, estos resultados subrayan el evidente y acelerado impacto del calentamiento global en los Pirineos y de un modo más concreto en la criosfera".
Los glaciares nos alertan del cambio climático y su avance imparable
Tanto este como el resto de los que existen en el mundo se consideran como centinelas del cambio climático, pues su camino hacia la desaparición es lento pero consistente.
Además, el glaciar de Monte Perdido es solo un ejemplo de la actual situación de los glaciares del Pirineo que se encuentran protegidos por ley y declarados como monumentos naturales que han registrado un descenso bastante notorio hasta la actualidad.
Según estima el Instituto Pirenaico de Ecología este glaciar concreto tiene unos 2000 años de antigüedad, gracias a la técnica del carbono 14 sobre restos orgánicos encontrados en el hielo.
Asimismo, la situación solo sigue exponiendo la crudeza de la crisis climática, pues el Plan Rector de Uso y Gestión de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos, expone que de ocho macizos montañosos que presentaban hielo en los Pirineos, solo quedan cuatro.
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